Una decisión, tomada a petición de los investigadores, que agrava aún más la tensión con Estados Unidos en el contexto de la guerra de Ucrania.
Gershkovich, de 32 años, fue detenido por el FSB (el servicio federal) en Ekaterimburgo, en los Urales, el 29 de marzo de 2023. Desde entonces, su prisión preventiva en la prisión de Lefortovo (gestionada por los servicios secretos) se ha ampliado cada dos o tres meses.
Se enfrenta a hasta 20 años de prisión por un cargo que la administración Biden niega con vehemencia, al igual que el periódico y la familia del periodista. "Es una ficción y es hora de que el gobierno ruso deje ir a Evan", reiteró la embajadora estadounidense Lynne Tracy, que lo visitó la semana pasada, asegurándole que se mantiene "fuerte" a pesar de las circunstancias.
En los últimos años, varios ciudadanos estadounidenses o con doble pasaporte han sido arrestados en Rusia. Empezando por el ex marine Paul Whelan, detenido en 2018 y condenado a 16 años por espionaje.
También está el caso del periodista ruso-estadounidense Alsu Kurmasheva, que trabajaba para Radio Europa Libre/Radio Liberty, financiada por el Congreso, que terminó esposado por supuestamente difundir "información falsa" sobre el ejército ruso.
Todos los arrestos fueron engañosos y tenían como objetivo un intercambio de prisioneros, según creen los estadounidenses.
El propio Vladimir Putin, en una entrevista reciente con el ex presentador de Fox Carlson Tucker, se había abierto a la posibilidad de liberar a Gershkovich, afirmando que se podría haber llegado a un acuerdo.
Por otra parte, Putin también había hablado de Alexei Navalny como posible contraparte para un intercambio con otros compatriotas detenidos en cárceles de países occidentales.
El Kremlin aspira sobre todo a la liberación de Vadim Krasikov, un agente encubierto condenado a cadena perpetua en Alemania por el asesinato de un opositor checheno en Berlín en 2019. (ANSA).
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