Los tres cruces representan los canales de conexión del territorio palestino, que tiene una superficie total de 365 kilómetros cuadrados.
Desde el norte de Gaza, en la frontera con Israel, hacia el sur, cerca de Egipto, la distancia es de unos 40 kilómetros en línea recta.
El ancho de la Franja desde el mar Mediterráneo hasta la frontera con el Estado judío es de 12 kilómetros en su punto máximo. Según los últimos datos disponibles, en la Franja viven poco más de 2 millones de habitantes.
Construido cerca de la línea de armisticio de 1950, el cruce de Erez -utilizado por quienes quieren entrar o salir del enclave desde Israel y por donde pasaban los trabajadores de Gaza empleados en el Estado judío o aquellos que recibían tratamiento fuera del enclave- era cerrado inmediatamente después del ataque de Hamás el 7 de octubre.
Erez tiene un doble control: el de Israel para el primer acceso y el de la Autoridad Nacional Palestina para el segundo.
Y finalmente el puesto de policía de Hamás.
El cruce ha sido reabierto aproximadamente seis meses después del inicio del conflicto para aumentar la ayuda humanitaria en la Franja que desembarcará en el puerto de Ashdod, una ciudad costera de Israel no muy lejos.
El cruce de Kerem Shalom tiene un complejo sistema de seguridad israelí que controla la entrada y salida de mercancías y bloquea su tránsito si hay problemas.
Finalmente, Rafah, con Egipto, ha sido hasta ahora el principal punto de entrada de la ayuda humanitaria tras el control por parte de Israel.
Algunos de los rehenes israelíes liberados por Hamás en la primera tregua fueron llevados a Rafah y desde allí regresaron a Israel a través del cruce de Nitzana, entre ambos países, que no pertenece a la Franja. (ANSA).
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