El asesor de seguridad nacional estadounidense, Jake Sullivan, anunció que, en los próximos días, junto con el programa iraní de drones y misiles, también entrarán en vigencia entidades que apoyan al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) y al Ministerio de Defensa, es decir, empresas y entidades que alimentan la maquinaria bélica de Teherán.
"Estas nuevas sanciones y otras medidas seguirán ejerciendo una presión constante para contener y degradar la capacidad y eficacia militar de Irán y abordar toda la gama de sus comportamientos problemáticos", dijo Sullivan, recordando que, en los últimos tres años, Estados Unidos ya sancionó a más de 600 personas y entidades vinculadas con el terrorismo, su financiación, la violación de los derechos humanos y el apoyo a grupos como Hamás, Hezbolá, Kataib Hezbolá y los hutíes.
Irán es el país con el mayor número de sanciones estadounidenses, por lo que no hay mucho margen de maniobra.
Uno de los objetivos es cortar a Teherán el acceso a los componentes que utiliza para sus armas: misiles y, sobre todo, drones, verdadero buque insignia de la industria militar iraní, que también los vende a Rusia para su guerra contra Kiev.
El otro sector en el punto de mira es el sector energético.
La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, sugirió nuevas restricciones a las exportaciones, durante las reuniones del FMI que se realizan en Washington.
"Hemos trabajado para reducir la capacidad de Irán para exportar petróleo, pero claramente continúa exportando petróleo, podríamos hacer más", aseveró.
Es principalmente China quien compra petróleo a Irán.
Sin embargo, golpear a los bancos y refinerías de Pekín con nuevas restricciones corre el riesgo no solo de enfurecer a ese país, comprometiendo el deshielo entre Joe Biden y Xi Jinping, sino también de hacer que el precio del petróleo (y por lo tanto de la gasolina) se dispare, socavando las posibilidades de reelección del presidente estadounidense.
Por lo tanto, es probable que, en ese sector, las medidas sean esencialmente simbólicas contra los pequeños comerciantes.
El Congreso de Estados Unidos también está muy ocupado.
Entre las medidas, aprobadas hasta ahora solo por una de las dos cámaras del Parlamento o a nivel de comisiones, se encuentra una legislación que prevé el seguimiento y la sanción anuales de las instituciones financieras chinas involucradas en transacciones petroleras con Irán.
Y una norma que castiga a los puertos y refinerías que procesan petróleo crudo iraní exportado en violación de las sanciones estadounidenses. (ANSA).
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