A su lado, en formación y entrenamiento militar, están los soldados italianos de la misión Prima Parthica, estacionados en Erbil desde 2014, en pleno corazón de la región autónoma iraquí.
"Hemos contado con un gran apoyo del ejército italiano para luchar y vencer al ISIS -estas son las palabras del ministro de los peshmerga, Shoresh Ismail, al reunirse con el comandante de la misión, el coronel Francesco Serafini-. Esperamos poder convertirnos en amigos aún mejores y seguir trabajando juntos".
La colaboración de nuestros militares fue uno de los "apoyos más importantes que recibimos", destacó el ministro.
"Italia fue uno de los primeros en ayudar a nuestro pueblo y a nuestro ejército en la lucha contra el ISIS - prosiguió Ismail durante un encuentro con los periodistas italianos -. Un acuerdo que continúa hoy y que ha permitido mejorar las capacidades profesionales de nuestros soldados. Sin esta contribución, Nunca habría podido alcanzar ciertos estándares".
Por este motivo, ante la hipótesis discutida de una retirada de las fuerzas militares de la coalición, el jefe de la defensa kurda expresa su oposición.
"Si el contingente alguna vez saliera -destacó- se abriría un espacio gigantesco de gran malestar y de muchos problemas", vinculado también a la posibilidad, ni siquiera muy remota, de un retorno del terrorismo islámico.
"Los peshmerga -prosiguió- apoyan la permanencia de la coalición, incluso con tropas estadounidenses".
Lo que más preocupa al Gobierno kurdo son algunas zonas de la zona, que van desde el sureste del Kurdistán iraquí hasta la frontera con Siria, especialmente inestable debido a la ausencia de tropas militares anti-ISIS.
"Por este motivo -subrayó el ministro- estamos creando dos brigadas conjuntas con soldados iraquíes y peshmergas que operan en esa zona de fuerte inestabilidad y donde ISIS se prepara para levantar cabeza de nuevo".
A esto se suma, inevitablemente, la crisis de Medio Oriente y la tensión entre Irán e Israel. Drones y misiles surcan el cielo iraquí, en ese intercambio de acusaciones que ve a Teherán y Tel Aviv en pie de guerra.
"La esperanza - subrayó el ministro peshmerga - es que la situación en Medio Oriente pueda resolverse en el menor tiempo posible. Como pueblo kurdo siempre hemos buscado el camino hacia la paz, a pesar de haber sido víctimas de genocidio y de violencia atroz. Personalmente, espero que finalmente se haya comprendido que la sangre no soluciona nada. El Kurdistán siempre fue un lugar de paz y de vida, de convivencia entre diferentes pueblos y religiones. Antes de 1948, también vivían aquí muchos israelíes, sin ningún problema".
"La guerra es una derrota para todos", fueron las últimas palabras del ministro al saludar a la delegación italiana que regresaba a Camp Singara, en la base de Erbil. (ANSA).
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