El obispo conversó con miembros de la ONG Ayuda a la Iglesia Necesitada Italia (Acs Italia), y ofreció una actualización sobre la dramática situación de los cristianos de Tierra Santa, y en particular de los fieles presentes en la Franja de Gaza.
Los desplazados "sufren falta de electricidad, agua potable y alimentos. En los últimos días, afortunadamente, han podido adquirir sacos de harina. Una vez recibieron pollos congelados, que tuvieron que ser cocinados y consumidos el mismo día porque no tenía refrigeradores".
En cuanto a las viviendas, continúa monseñor Shomali, "la mayoría de los cristianos han visto sus casas destruidas. Viven en las aulas de nuestras escuelas. Un aula para una o dos familias y por eso no podremos reanudar las actividades escolares hasta que las familias se recuperen".
"No hemos reconstruido sus apartamentos. ¿Quién los reconstruirá? Nadie sabe cuál será la situación en Gaza después de la guerra. Huelga decir que seguiremos pagando los salarios completos de los profesores de nuestras dos escuelas, de lo contrario perderán los únicos ingresos que tienen", agregó.
Obviamente, no se trata solo de daños materiales. "Treinta personas murieron en las distintas explosiones que se produjeron. Además, más de 250 ya se han marchado, entre ellos ciudadanos con doble nacionalidad, algunos enfermos y estudiantes que pretenden continuar sus estudios", revela el obispo.
Monseñor Shomali subraya que una asociación, de composición desconocida, pide entre 7.000 y 8.000 dólares por persona por el permiso para salir de Rafah, a Egipto. Algunas familias han logrado pagar, otras intentan recaudar fondos para ello. Ahora el cruce de Rafah está cerrado. Los habitantes de Gaza se encuentran en una gran prisión" .
A pesar de que está centrado en la Franja de Gaza, el conflicto también ha tenido un fuerte impacto en los cristianos palestinos de Cisjordania y de Jerusalén Este.
Respecto a estos cristianos, el obispo recuerda que "alrededor del 40% de ellos trabajaba, directa o indirectamente, en el turismo. Son guías, conductores de autobuses turísticos, empleados de hoteles, etc".
"La pandemia había golpeado duramente a este sector. Apenas se estaba recuperando cuando llegó el 7 de octubre. Desde entonces no ha habido más peregrinos y estos cristianos han sufrido la pérdida de empleo o una dramática caída en sus ingresos", destaca monseñor Shomali.
El Patriarcado Latino, basándose en estudios y estadísticas, estima que solo en el sector turístico "hay más de 3.000 familias que han perdido el empleo, sin contar cientos de personas empleadas como trabajadores en Israel en la construcción u otros sectores".
A nivel internacional, el enfrentamiento ideológico entre los partidarios de Israel y los de Palestina está avivándose, por lo que la voz de las comunidades cristianas corre el riesgo de ser sofocada o distorsionada con fines políticos.
Ante esto, monseñor William Shomali enfatiza cuál es la verdadera intención de la comunidad cristiana local. "Los dos pueblos en conflicto desean vivir en paz". Sin embargo, pregunta, "¿cómo resolver un conflicto que tiene un fuerte trasfondo ideológico sobre la posesión de la tierra?".
"La misma tierra es reclamada por ambos pueblos, los judíos por razones bíblicas, los palestinos por razones históricas. La solución sería la de dos Estados, con Jerusalén como una ciudad abierta y compartida", agrega.
"La comunidad cristiana no cree que se pueda resolver el conflicto con la fuerza, que solo aumenta el odio y prepara otro ciclo de violencia. Solo una solución justa puede llevar la paz y la reconciliación". dice.
El Patriarcado Latino de Jerusalén está ayudando a las comunidades cristianas con varios proyectos, algunos de los cuales también son financiados por Ayuda a la Iglesia que Sufre.
(ANSA).
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