Al menos en estos términos lo describió The Guardian a partir de lo que surgió de una investigación que el periódico británico llevó a cabo junto con las revistas israelíes +972 y Local Call.
Según la reconstrucción de The Guardian, Israel desplegó sus agencias de inteligencia para vigilar, piratear, presionar, difamar y supuestamente amenazar al personal superior de la CPI en un intento de descarrilar las investigaciones del tribunal.
La inteligencia israelí interceptó así las comunicaciones de numerosos funcionarios, entre ellos el actual fiscal Karim Khan y su predecesora Fatou Bensouda, recopilando el contenido de llamadas telefónicas, mensajes, correos electrónicos y documentos.
Un "monitoreo" sistemático que comenzó hace nueve años, escribió el periódico, precisando concretamente que un exjefe del Mossad, Yossi Cohen, amenazó al exfiscal de la Corte Penal Internacional en una serie de reuniones secretas en los últimos años para tratar de evitar una investigación de crímenes de guerra; y que también continuó en los últimos meses, con el resultado de poder proporcionar al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, indicaciones anticipadas sobre las intenciones del fiscal a cargo.
Una reciente comunicación interceptada implicaba, por ejemplo, que Khan quería emitir órdenes de arresto contra israelíes, pero estaba bajo "tremenda presión de Estados Unidos", según una fuente familiarizada con su contenido.
La investigación periodística se inició en 2021 y finalizó la semana pasada, coincidiendo con el anuncio de la orden de arresto dictada por el fiscal Khan contra el primer ministro israelí.
Por eso el diario se refiere precisamente a las palabras de Karim Khan, confirmando lo descubierto durante la investigación periodística.
"Insisto en que todo intento de obstaculizar, intimidar o influir indebidamente en los funcionarios de este tribunal debe cesar de inmediato", dijo Khan al anunciar las órdenes de arresto contra los líderes israelíes y de Hamás, sin proporcionar detalles específicos, pero advirtiendo que si tal conducta continúa, "mi oficina no dudará en actuar". (ANSA).
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