El dato contrasta con el 25,9% de adolescentes que no viven en condiciones de privación, mientras que más de uno de cada cuatro de quienes viven en la pobreza piensa que no terminará la escuela.
Save the Children presentó su informe en la apertura de "Imposible 2024 - Construyendo el futuro de niñas, niños y adolescentes. Ahora", la bienal sobre los derechos de la infancia y la adolescencia de la organización a la que se le ha otorgado la medalla del Presidente de la República.
La investigación revela "una brecha dramática en las expectativas para el futuro entre los jóvenes en condiciones de pobreza y sus coetáneos más acomodados".
Por eso, para Save The Children es "indispensable un plan estratégico a largo plazo e inversiones seguras para combatir la pobreza infantil y devolver confianza y aspiraciones a los jóvenes".
El 17,9% de los jóvenes entre 15 y 16 años en situación de pobreza afirma que sus padres tienen dificultades para cubrir los gastos de comida, ropa y servicios, y el 11,6% admite que no puede comprar un par de zapatos nuevos aunque los necesite.
Casi uno de cada cuatro (23,9%) comienza el año escolar sin tener todos los libros y materiales necesarios, y el 24% tiene dificultades para participar en excursiones escolares por motivos económicos.
El 37,7% de los adolescentes ve a sus padres a menudo o siempre preocupados por los gastos, y el 9% dice que piden ayuda a amigos y familiares o préstamos.
El 43,7% de los entrevistados de 15 a 16 años ayuda a la familia a hacer frente a los gastos, tratando de ahorrar y no pedir dinero para gastos no indispensables; de estos, el 18,6% realiza algún trabajo (uno de cada dos tiene menos de 16 años).
Al analizar la discrepancia entre las aspiraciones y las expectativas concretas, destaca Save The Children, "llama la atención la conciencia de los jóvenes que viven en condiciones de dificultad económica sobre los obstáculos que enfrentarán en su acceso al mundo laboral".
"La brecha entre aspiraciones y expectativas concretas de tener un trabajo bien remunerado es de hecho mucho mayor para estos jóvenes que para sus coetáneos que viven en mejores condiciones económicas. Si para estos últimos, la diferencia es de 17,6 puntos porcentuales, para los más desfavorecidos la brecha alcanza los 56,4 puntos porcentuales", agrega el informe.
"Estado demuestra cuánta frustración puede generar la pobreza y cómo puede afectar negativamente los caminos de vida".
(ANSA).
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