Una posición que también se expresa con el respaldo a la llamada Fórmula de Paz de Volodimir Zelensky, que se discutirá mañana y el sábado en la Conferencia en Suiza: este es el esquema para empezar a imaginar el fin del conflicto, y no la propuesta puesta sobre la mesa en las últimas horas por Vladimir Putin, que de hecho sería considerada una rendición del país víctima de la invasión.
Y a la espera de una paz aparentemente todavía lejana, desde Apulia llega un fuerte llamamiento a la "tregua olímpica", es decir, al respeto de la resolución de la ONU adoptada el pasado mes de diciembre. La petición aparece en blanco y negro en las conclusiones de la cumbre, de cara a los Juegos Olímpicos de París en julio.
En la cumbre de dos días del G7, en Apulia presidida por Giorgia Meloni, Zelensky logró mucho. El presidente ucraniano ha firmado dos acuerdos de seguridad decenales con Japón y sobre todo con Estados Unidos, considerados por Kiev como una puerta a la integración en la OTAN.
Borgo Egnazia también sancionó el renovado compromiso político de los principales socios de la OTAN y Japón. Su apoyo a Kiev será "inquebrantable" desde el punto de vista "militar, presupuestario, humanitario y de reconstrucción", "a corto y largo plazo".
Así, armas, ayuda a los civiles y una enorme cantidad de dinero: 50 mil millones de dólares en forma de préstamo que estará garantizado por los beneficios de los activos rusos congelados en los bancos occidentales (especialmente europeos).
En cuanto a Moscú, los 7 grandes reclamaron su responsabilidad por los daños causados ;;a Ucrania, que según el Banco Mundial superan ya los 486 mil millones de dólares: reembolsarlos es una obligación "clara", sancionada por el "derecho internacional".
Para los dirigentes reunidos en Apulia, garantizar a Kiev los medios para resistir la invasión es el único camino viable para lograr una "paz justa". Nada que ver con la propuesta por Putin, según la cual Kiev debería renunciar a las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jerson (anexionadas por Rusia) y comprometerse a no ingresar en la OTAN.
En este sentido, la cumbre de Borgo Egnazia "acogió con satisfacción la cumbre sobre la paz en Ucrania prevista en Suiza los días 15 y 16 de junio", asegurando el compromiso "de obtener el más amplio apoyo internacional posible a los principios y objetivos clave de la fórmula del presidente Zelensky", partiendo del "respeto a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania".
La conferencia prevista en el lago de Lucerna, que se inaugura mañana, no tiene la ambición de esbozar las condiciones de una paz global, también porque Moscú no fue invitada y no reconoce la legitimidad del evento (y ni siquiera estará China, aliada de Putin). ). El objetivo de Zelensky, que llegó a Suiza por la tarde, es crear consenso en torno a algunas cuestiones clave como la seguridad nuclear, la seguridad alimentaria (tras el bloqueo ruso a las exportaciones en el Mar Negro) y el regreso de los niños ucranianos secuestrados por los rusos.
Y de manera más general, Kiev pretende convencer a los países que han permanecido neutrales hasta ahora (en el llamado hemisferio sur) para que presionen al Kremlin para que cese las hostilidades.
En los trabajos participarán representantes de un centenar de países (incluida Italia, con el Ministro de Asuntos Exteriores Antonio Tajani, mientras que la presencia de la Primera Ministra Giorgia Meloni es aún incierta). Kiev también depende en gran medida de la contribución de la Santa Sede: Zelensky lo subrayó cuando se reunió con el Papa al margen del G7 en Apulia. (ANSA).
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