Hablando de la iniciativa y de las perspectivas del G20 liderado por Brasil, en conversación con ANSA, el presidente del comité científico del ISPI, Paolo Magri, invita a Italia, que lidera el G7, a mirar "con atención esta presidencia, pero sobre todo a Brasil".
El ISPI es un laboratorio de ideas italiano que se enfoca en el análisis y estudio de cuestiones internacionales, relaciones internacionales, política exterior, y temas globales relevantes para Italia y el mundo.
La premisa del experto es una instantánea del contexto global con una gobernanza en crisis y el G20, que es un pilar de ella, obligado a entrar en un perímetro de inevitable dificultad.
"Tenemos que ser muy realistas - observa Magri -. Atrás quedaron los días en que el G20 tomaba en sus propias manos el destino del mundo, al menos en cuestiones económicas. Ahora hay un diálogo muy agotador entre algunos de los países del grupo, para usar un eufemismo".
Y si en este momento existe "el riesgo para todo el G20 de ser más palabra que sustancia, este riesgo es aún mayor para aquellos que, como los think tanks, se ocupan de ideas".
Del T20 brasileño, el presidente del ISPI destaca el "valor" de haber reducido el abanico de prioridades.
"En lugar de perderse en miles de propuestas, los brasileños se han centrado en tres temas: reducción de la pobreza, cambio climático y reforma de la gobernanza global. Este es un trabajo valioso", afirma.
En particular, según Magri "es significativo el tema de la lucha contra la pobreza, para la cual, desde Lula en adelante, Brasil ha sido un laboratorio creíble".
Y también considera "positiva" la iniciativa "sobre la transición energética", porque Brasil, que organiza la COP30 en 2025, puede dar continuidad a este trabajo".
La cuestión "de la reforma de la gobernanza global" parece "un poco compleja y destinada a lograr menos resultados porque si hay desacuerdo, o incluso guerra, entre algunos de los países del G20, es difícil llegar a un acuerdo para reescribir las reglas", sostiene.
Es importante que Italia, que lidera el G7, "observe atentamente esta presidencia pero sobre todo a Brasil - continúa Magri - porque en este mundo variado del llamado 'Sur global', este Estado representa un componente dialogante y pragmático más que China, India o Arabia Saudita, también por razones histórico-culturales, debido a la presencia de comunidades europeas, como la italiana".
Y a pocos días de la llegada del presidente italiano, Sergio Mattarella, al país sudamericano, donde se celebran los 150 años de la inmigración italiana, Magri subraya que Brasil puede ser -más que otros países- una bisagra entre el sur y el del norte del mundo, ciertamente "más que las presidencias anteriores (Arabia Saudita, Indonesia, India) y futuras (Sudáfrica) del G20".
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, "arquitecto de la única verdadera política exterior de este Estado en las últimas décadas" - concluye el experto - "sigue siendo un líder creíble en las cuestiones del G20 y tiene una fuerte proyección internacional, por ejemplo en la cuestión de la desigualdad. Pero también es el hombre de los Brics y el hombre de la cooperación con Africa: el primero que lanzó el programa Sur Sur. Sin duda, una figura que tiene la capacidad de unir". (ANSA).
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