La decisión contra el arzobispo ultraconservador de 83 años, ex Nuncio de la Santa Sede en los Estados Unidos, fue tomada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
En 2018, Viganó pidió a Francisco que dimitiera, diciendo que formaba parte de un "encubrimiento" para beneficiar al ex cardenal Theodore McCarrick, expulsado del sacerdocio por acusaciones de abuso sexual.
El ahora excomulgado arzobispo es también uno de los conservadores católicos que ha criticado a Francisco por su apertura hacia los homosexuales y los divorciados vueltos a casar, y por sus críticas al capitalismo desenfrenado y el cambio climático.
Ayer, 4 de julio, se reunió el Congreso del Dicasterio para la Doctrina de la Fe para concluir el proceso penal extrajudicial contra monseñor Carlo Maria Viganò, acusado del delito reservado de cisma.
"Son notorias sus declaraciones públicas, de las cuales resulta su negativa a reconocer y someterse al Sumo Pontífice, de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sujetos y de la legitimidad y de la autoridad magisterial del Concilio Ecuménico Vaticano II, subraya el ex Santo Oficio.
Como resultado del proceso penal, "monseñor Carlo Maria Viganó, arzobispo de Ulpiana, fue reconocido culpable del delito reservado de cisma.
Al final del proceso penal, "Mons. Carlo Maria Viganò es fue declarado culpable del delito reservado de cisma. El Dicasterio declaró la excomunión 'latae sententiae'", es decir automática, de efecto inmediato.
"La eliminación de la censura en estos casos está reservada a la Sede Apostólica", se explica con más detalle en la nota, que revela que la decisión fue comunicada a Mons. Viganò hoy.
Cuando comenzó su proceso, Viganò dijo que consideraba las acusaciones en su contra "un honor", y describió al Concilio Vaticano II como un "cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico", del cual "la Iglesia sinodal" es un "metástasis." En cartas que se hicieron públicas en el escándalo Vatileaks, Viganò también dijo que lo trasladaron de su cargo anterior como gobernador de la Estado de la Ciudad del Vaticano por tomar medidas drásticas contra la corrupción. (ANSA).
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