Política

Pekín espera a Meloni, en la agenda una reunión con Xi Jinping

"Relaciones sanas de interés común", aseguran fuentes chinas. La premier estará allí entre el 27 y 31 de julio.

Giorgia Meloni y Xi Jinping en la cumbre del G20 en Bali en 2022

Redazione Ansa

(ANSA) - PEKIN, 26 LUG - De la Oficina Oval del presidente estadounidense Joe Biden al Gran Salón del Pueblo del presidente chino Xi Jinping, en la Plaza de Tiananmén: un año después de su misión a Washington, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se prepara para realizar su inédita visita oficial a la República Popular China, respondiendo a la invitación que le hizo el líder chino en Bali, con ocasión del G20 en noviembre de 2022.
    Unos meses después de la salida de Italia de la Nueva Ruta de la Seda, a finales de 2023, la premier tendrá, entre el 27 y 31 de julio próximos, numerosos compromisos entre Pekín (como el séptimo Foro Empresarial Italia-China) y Shanghái, en el año que celebra los siete siglos de la muerte de Marco Polo, Li Madou según el nombre mandarín del viajero veneciano, capaz junto con otro italiano, el jesuita Matteo Ricci, de construir un sólido puente entre Oriente y Occidente.
    Un legado imborrable, que también reconoce Pekín.
    China e Italia son países "de larga civilización unidos por una asociación completa y estratégica", señaló la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning, al oficializar la misión, y también recordó que en 2024 se cumplirá el 20º aniversario de la asociación estratégica global bilateral.
    Por lo tanto, el "desarrollo sano y estable de las relaciones China-Italia está en consonancia con los intereses comunes de ambas naciones" y el gobierno de Pekín está dispuesto a aprovechar la visita "como una oportunidad para fortalecer el entendimiento y la confianza, profundizar la cooperación práctica y avanzar entre China e Italia".
    También será una ocasión para reforzar las relaciones chino-europeas "en un camino de largo plazo".
    La primera ministra mantendrá un encuentro cara a cara con el presidente Xi, y reuniones con su homólogo Li Qiang y Zhao Leji, quien lidera el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, el poder legislativo del Parlamento chino.
    En conversaciones con las más altas figuras institucionales, que también están en la cúpula del Partido Comunista, "las partes intercambiarán puntos de vista sobre cuestiones relativas a las relaciones bilaterales y de interés común", se afirmó en un comunicado, en el que se hizo hincapié asimismo en la valorización del "espíritu del Camino de la Seda" entre "cooperación concreta e intercambios humanísticos".
    Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, visitó Pekín el año pasado y se reunió con su homólogo Wang Yi, quien calificó de "fructífera" la cooperación con Italia.
    A pesar de la retirada de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), el ambicioso proyecto lanzado por Xi en 2013, Tajani reiteró recientemente que Roma quiere reforzar los lazos comerciales.
    "Nuestras relaciones con China son positivas, incluso si somos competidores y nuestras posiciones divergen en algunas cuestiones", dijo, destacando que la retirada de la iniciativa de infraestructura "no fue un acto de hostilidad" contra Pekín.
    En junio, el ministro de Empresa y Made in Italy, Adolfo Urso, encabezó una misión a Pekín para "lograr avances significativos en la colaboración de las asociaciones industriales".
    La visita de Meloni dirá si ha llegado el momento de alcanzar acuerdos, empezando por el coche eléctrico.
    Del lado chino, con las relaciones comerciales con Bruselas empeorando y el Pekín ahora percibido como algo más que "un rival estratégico y sistémico", las relaciones con los Estados individuales son una oportunidad.
    Y la asociación es la herramienta más útil.
    El gobierno italiano, como señaló el Global Times, el tabloide nacionalista del Quotidiano del Popolo, "envió señales sobre una mayor promoción del desarrollo de la cooperación económica y comercial con China, obteniendo una gran atención".
    A la luz del conflicto comercial entre China y la Unión Europea por los aranceles sobre los vehículos eléctricos, cualquier paso que se dé hacia una comunicación pragmática es encomiable y valiosa. (ANSA).
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