Por el momento no hay acusaciones formales contra los dos hombres, que obtuvieron la custodia de la niña, nacida de una subrogación detrás del compromiso de no salir del país.
Pero mientras ponen a punto su estrategia legal, la pareja eligió un apartamento en arriendo temporal cerca de la clínica suizo-argentina donde nació la pequeña el pasado 10 de octubre, para así asegurarle los cuidados necesarios en la fase neonatal.
"No queremos partir sin ella" es el mantra de la pareja, que ya está habituada a la idea de familia, acariciada durante los nueve meses de espera.
Del caso de los dos italianos, que tiene lugar en un país que aún no tiene una ley de alquiler de vientres, pero donde una reciente sentencia de la Corte Suprema no reconoce el vínculo padres-hijo en el caso de gestación subrogada, se ocupa el estudio de la abogada Fabiana Marcela Quaini.
La abogada, especializada en temas de derecho privado internacional y, en particular, vinculada a las comunidades arcoíris, contactada por teléfono por ANSA, afirmó haber recibido numerosas llamadas desde Italia de personas que la agredieron verbalmente, acusándola de prestarse a una práctica ilegal.
Imputaciones a las que Quaini opone una dura crítica a la ley italiana, y "el derecho a formar libremente la propia familia".
Un caso que también inflama la política al otro lado del océano.
La responsable nacional de Justicia y diputada italiana del Partido Democrático, Debora Serracchiani, presentó una interrogación parlamentaria pidiendo al Gobierno que informe sobre el caso, mientras que la asociación Luca Coscioni recuerda haber presentado un proyecto de ley en el Parlamento para legalizar el embarazo para otras personas solidarias.
De acuerdo con el diario argentino La Nación -que por primera vez publicó en exclusiva el caso- los investigadores privilegian la pista de trata de personas.
En la mira está la organización intermediaria entre el matrimonio italiano y la madre alquilada, una joven rosarina con dificultades económicas, contactada a través de un grupo de Facebook.
La mujer recibió aproximadamente 6 millones de pesos argentinos (cerca de 5.500 euros) por el embarazo. Una maleta entregada en un bar y llena de billetes de 1.000 pesos, casi equivalentes al papel usado por efecto de la devaluación.
Dinero que la muchacha quiso utilizar para construir una habitación extra en la casa de su madre, solo para darse cuenta de que no sería suficiente. Resulta que ella ya había "donado" sus óvulos a cambio de dinero cuando tenía 18 años, al igual que otras chicas de su barrio.
Los mediadores que contrataron a la mujer operaban con una conexión en Estados Unidos y se comunicaban con ella a través de mensajes efímeros. Se encargaron de pruebas clínicas, tratamientos y contrataron un seguro médico, arrendando a la joven un apartamento en la capital hasta que diera a luz.
Empero algo no funcionó. El pasado sábado, cuando a la pareja le impidieron abordar, ya estaban en su tercer intento de salir de Argentina. Lo intentaron el miércoles y el día siguiente. Pero detalles como la evidente disparidad socioeconómica entre los padres y aquel viaje del padre al país, en 2023, habían llamado la atención de la policía de fronteras.
En los últimos meses, en Argentina, se han registrado casos similares en varios puntos de la nación. Y al menos un centenar de investigaciones están en marcha. (ANSA).
Leggi l'articolo completo su ANSA.it