Son horas de incomodidad, parra la mayoría y para Giorgia Meloni, que lidia en estas horas con otros temores, que no provinenen solamente del cambio de administración en Washington -con la que necesitará abrir un nuevo diálogo-, sino el impasse que bloquea la nueva comisión en Bruselas, y con ella el nombramiento de Raffaele Fitto como vicepresidente ejecutivo.
El patrón de Tesla puede haber entrado en los asuntos italianos con la pierna recta -y muchos, incluso entre los melonianos, se preguntan el motivo de tanto activismo que "ciertamente no beneficia al gobierno"-, pero por ahora, es la defensa oficial, es un simple "ciudadano" (copyright de la propia Meloni, que ya fue consultada en Budapest sobre Musk) y "no tiene ningún papel en el gobierno".
Más adelante, cuando realmente forme parte de la nueva administración estadounidense, el razonamiento es: ya veremos, se tomarán medidas. Mientras tanto, es mejor mantenerse al margen del acalorado conflicto por las intervenciones del magnate en las redes sociales, en las que intervino Sergio Mattarella con palabras que alguno en FDI "suscribe" porque, como recuerdan los lugartenientes de la primera ministra, las "injerencias extranjeras" nunca han al partido y es un concepto que "es válido siempre y con cualquiera".
La mano derecha de la primera ministra, Giovanbattista Fazzolari, habla de "gobiernos" pero también de "ONG, grandes medios de comunicación". Casos, conocidos con cuadernos cerrados por más de un parlamentario, en los que la voz del Colle no fue escuchada.
Sin embargo, admiten los melonianos, Musk tal vez exageró un poco, especialmente cuando habló de "autocracia". Un concepto que, según quienes lo escucharon más tarde, también habría sido el tema de la llamada telefónica de la tarde entre la primera ministra y Musk. Meloni habría reiterado directamente al propietario de Starlink y SpaceX que la "interferencia" en los asuntos internos de otros Estados no es apropiada. Frases que no pronuncia en público, precisamente, porque el equilibrio es delicado y debe recomponerse todo de aquí hasta el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Entre tanto, mejor no sobreexponerse a nivel internacional, sobre todo mientras el proyecto de tener un lugar en primera fila en el equipo de Ursula bis hora en hora está siempre más en peligro. La situación que le narran los suyos es de una voltereta mucho más compleja de lo que se esperaba, cómplice además la "guerra" interna española. Que es, por otra parte, admite la mayoria, especular en aquello que se esta consumando en Italia.
Y justamente el "soberanismo" en fase alterna del PD (que pide al gobierno rechazar los ataques de Musk pero quiere "disparar a Fitto") es el objetivo del partido de la primera ministra. Es poco probable, predice un veterano del Parlamento, que el juego se resuelva pronto, "no antes del lunes", cuando habrá pasado la última vuelta de las elecciones administrativas.
(ANSA).
Leggi l'articolo completo su ANSA.it