Después de dos días de navegación desde Doha, el Amerigo Vespucci atraca en Abu Dhabi y se prepara para celebrar la "etapa del cariño", como la llamó el comandante, la dedicada a la Navidad y a los seres queridos.
Y son los familiares de la tripulación quienes hacen los "honores" a la entrada del buque escuela de la Armada en el puerto. Desde el muelle saludan a maridos, esposas, compañeros que se han reencontrado tras meses de navegar lejos de casa.
Sonrisas, lágrimas y alegría son el escenario del inicio de la 31ª etapa de la vuelta al mundo, ahora a un paso del Mediterráneo que tiene sabor a casa. En la capital de los Emiratos Árabes Unidos, el Vespucci celebra las fiestas navideñas respetando la tradición de subir a bordo y cenar juntos.
Las luces del árbol de Navidad iluminan el pasillo de oficiales, mientras las estrellas de cartón, rigurosamente hechas a mano, decoran los puentes y cantinas. No podían faltar los ensayos del coro, dirigidos por Don Mauro, y el sorteo navideño con un simbólico e irónico intercambio de regalos.
En las puertas de los camarines aparecen coronas navideñas o abetos de gomaespuma cosidos a mano. Junto a la escalera que conduce al alcázar, en la popa del barco, timoneles y marineros han creado un pesebre "marítimo", con trozos de cuerda que sustituyen al más tradicional heno de la cuna y José y María cosidos con recortes de las velas. Un poco más lejos también hay un árbol de Navidad de madera con chapas de botellas de los distintos países visitados que hacen de "bolas".
"Esta es la etapa de las vacaciones, la dedicada a los seres queridos - dice el comandante, el capitán del barco Giuseppe Lai -, a los que regresarán a Italia y a los que vinieron aquí de visita a pasar la Navidad con nosotros. Personalmente, volver a abrazar a mi esposa fue una emoción muy fuerte, al igual que la de muchos otros miembros de la tripulación. Por mi parte, sólo me queda desear una feliz Navidad a todos los que aman el barco Vespucci y a sus tripulantes".
Ahora toca quitarse los uniformes y disfrutar de un merecido descanso. Los primeros marineros comienzan a descender del cobertizo de embarcaciones, saludo a la bandera y luego unas horas de ocio conociendo una nueva ciudad. Luego regresarán a bordo para reunirse con sus compañeros y celebrar juntos la Nochebuena. (ANSA).
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