De hecho, la premio Nobel de la Paz, Narges Mohamamadi, una activista encerrada en la misma prisión de Evin, en Teherán, donde se encuentra Cecilia Sala, la cantante Parastoo Ahmadi, recientemente arrestada y luego puesta en libertad bajo fianza por haber actuado sin velo en un concierto en YouTube, y Mahsa Amini, la kurda de veintidós años que murió bajo custodia tras ser detenida por no llevar correctamente el hijab, son sólo algunas de las mujeres que se convirtieron recientemente en el símbolo de una protesta contra la República Islámica.
Un contexto que el pasado verano boreal llevó a la victoria del presidente Masoud Pezeshkian, considerado un político reformista, y quien durante la campaña electoral había prometido apertura en cuestiones como la obligación de llevar el hiyab y la eliminación de las restricciones a Internet, en oposición a la ortodoxia de los partidos más conservadores cercanos al Líder Supremo, Ali Jamenei.
La imposición del velo obligatorio en Irán fue impugnada ya en 1979, en los albores de la revolución islámica de Ruhollah Jomeini, con decenas de miles de chicas marchando en Teherán.
En las décadas siguientes, las protestas fueron más esporádicas, mientras que en 2017 la activista Vida Movahed, de treinta años, se dio a conocer tras aparecer sin velo en una de las calles más concurridas de la capital iraní, colgando su hiyab de un palo que sostenía en su mano.
La mujer volvió a protestar de la misma manera incluso después de ser arrestada y, en los años siguientes, otras chicas también se manifestaron de manera similar.
Pero fue a partir de finales de 2022 cuando la protesta adquirió una nueva dimensión tras la trágica historia de Mahsa Amini.
Las manifestaciones comenzaron el 16 de septiembre, día de la muerte de la niña, quien, según relataron testigos, perdió la vida a causa de los golpes que sufrió -aunque la causa oficial de su muerte fue una enfermedad que padecía desde pequeña-, tras ser arrestada por la policía moral porque no llevaba el velo correctamente.
En poco tiempo, las protestas se extendieron por todo el país y las imágenes de niñas quemando públicamente sus hijabs mientras se manifestaban dieron la vuelta al mundo.
En ese marco, el eslogan principal de las manifestaciones -"mujer, vida, libertad"- se convirtió en un mensaje que todavía se utiliza hoy en día en las manifestaciones feministas en Europa.
Al cabo de unos meses, las protestas terminaron, tras una dura represión que provocó la muerte de cientos de personas y la detención de decenas de miles de manifestantes, pero las manifestaciones tuvieron un profundo impacto en los hábitos sociales en Irán.
En los últimos dos años, los casos de mujeres que desafían la obligación de llevar el velo en público aumentaron exponencialmente.
Transgresiones que a veces terminan en tragedia, como la de Armita Garavand, de 17 años, que después de entrar sin velo en un vagón del metro de Teherán fue hospitalizada en coma, oficialmente por haberse desmayado y golpearse la cabeza, mientras que, según testigos, después de haber sido golpeada por la policía moral.
La joven murió aproximadamente un mes después, en octubre de 2023.
Un caso que suscitó fuertes críticas, también por parte de la premio Nobel Narges Mohamamadi, una activista que pasó largas temporadas de su vida en prisión, condenada por sus luchas pidiendo aperturas democráticas y la liberación temporal de prisión por motivos de salud.
Incluso recientemente, las mujeres fueron protagonistas de iniciativas que sacudieron el régimen de los ayatolás, como el caso de la estudiante Ahoo Daryaei, detenida por desnudarse en el patio del campus de una universidad de Teherán tras haber sido reprendida por no llevar correctamente el hiyab.
Considerada enferma mental, la joven fue trasladada a un hospital psiquiátrico, pero la justicia iraní no abrió ningún caso contra ella y, tras ser dada de alta del centro, fue encomendada a su familia.
Mientras, las promesas electorales de Pezeshkian comenzaron a materializarse tímidamente y se levantó la prohibición de utilizar WhatsApp y Google Play, pero aun así surgieron fuertes críticas por los bloqueos que aún están vigentes en las redes sociales más populares a nivel mundial.
El presidente también expresó fuertes críticas contra una nueva ley que prevé penas muy duras para quienes no lleven el velo y la implementación de la medida fue postergada por el momento. (ANSA).
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