Un nuevo caso que recuerda muy de cerca al de Mahsa Amini, la joven manifestante kurda de 22 años, asesinada en setiembre por los golpes sufridos durante su arresto por la policía moral por no llevar correctamente el velo islámico.
A denunciar esta enésima violencia contra los manifestantes fue Amnistía Internacional (AI) que apuntó su dedo contra "el horrible ataque de las autoridades iraníes al derecho a la vida".
Según la reconstrucción de la organización que defiende los derechos humanos, Rigi fue detenido por agentes de las "fuerzas de seguridad vestidos de civil". Fuentes dijeron que "fue apaleado en la calle en el momento de su arresto y que una primera evaluación forense del cuerpo indica 'sucesivos golpes durante su detención'".
Algunos funcionarios llegados a la estación de policía una hora después de su arresto afirmaron que el hombre había "muerto a causa de las palizas".
"Las autoridades buscaron presionar a la familia de Rigi para que lo sepultasen sin autopsia y les proporcionaron informaciones contradictorias acerca de las circunstancias de su muerte para eludir la responsabilidad, y atribuyeron el fallecimiento a un ataque al corazón", prosiguió AI que pidió perseguir penalmente a todos aquellos razonablemente sospechados de ser responsables de la tortura y muerte en custodia del joven activista.
No se detiene la represión del régimen de Irán, que hoy volvió a amenazar a Estados Unidos y a Occidente, pues a su entender impulsan las protestas.
El responsable del Comando aeroespacial de los Guardianes de la Revolución, Amirali Hajizadeh, advirtió hoy a los europeos y estadounidenses que "no pongan a prueba a Irán", y anunció que su país desarrolló un misil crucero de largo alcance, con una autonomía de 1.650 kilómetros.
"Ahora podemos atacar portaaviones estadounidenses a 2.000 kilómetros de distancia", amenazó Hajizadeh, citado por la TV estatal iraní.
El sitio Haalvsh, que monitorea las violaciones de los derechos humanos en Belchistan, recordó que el médico activista fue apresado el 13 de octubre en Zahedan. Liberado bajo caución fue nuevamente detenido el 22 de febrero. En esta inestable provincia al menos 131 personas fueron asesinadas por la represión de las manifestaciones, según la ONG Iran Human Rights (IHR), con sede en Oslo.
La mayor parte fue asesinada en Zahedan el 30 de setiembre, denominado "Bloody Friday", cuando las fuerzas de seguridad dispararon contra los manifestantes.
De acuerdo con defensores de derechos humanos, los beluchis son víctimas de discriminación desde hace años. Desde el inicio del movimiento de protesta, los rezos del viernes en la mezquita Grand Makki, la más grande de Zahedan, fueron acompañados por predicaciones del sunnita Molavi Abdol Hamid, una figura que apoya a los manifestantes.
"Escuchar a la gente y a la oposición", dijo en su último sermón. "Si no pueden resolver los problemas de las personas, dejen el lugar a alguno que pueda resolverlos", dijo. (ANSA).
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