Kiev volvió a negar la caída del puesto de avanzada, mientras que en Moscú estallaron las discusiones sobre el papel del ejército regular y el del cuerpo militar privado.
Sólo por la noche, después de un día de controversia, el Ministerio de Defensa reconoció que el asalto final a la ciudad fue realizado por los hombres de Yevgeny Prigozhin, rindiendo homenaje a su "coraje".
La guerra de declaraciones acompañó así al conflicto sobre el territorio.
Los rusos afirmaron que mataron a unos 700 militares ucranianos en los últimos tres días de enfrentamientos en Soledar, mientras que los ucranianos revelaron haber neutralizado a más de 300 soldados moscovitas cerca de Bajmut, unos quince kilómetros al sur.
Pero Kiev demostró que se toma en serio la reorganización de las tropas rusas para continuar con su "operación militar especial". De hecho, la inteligencia militar ucraniana afirmó tener pruebas de que Moscú tiene la intención de crear un ejército de dos millones de soldados -frente al objetivo original de 1,5 millones- mientras se prepara para declarar una nueva movilización para reclutar 500.000 después de aquella de finales de septiembre, que le permitió llamar a las armas a al menos 300.000.
Los ucranianos afirmaron que, ante el peligro que representa este despliegue, necesitan más que nunca el suministro de armas nuevas y más eficaces de Occidente.
Ucrania es ahora "un miembro de facto de la OTAN", dijo el ministro de Defensa, Olekskii Reznikov, en una entrevista con la BBC, y agregó que pronto Kiev también recibirá tanques y aviones de combate que hasta ahora la Alianza Atlántica se negó a proporcionarles por temor a una escalada con Moscú.
Un miedo que, según expresó, sólo por "una cuestión de etiqueta" Pero desde Alemania llegó un llamado a la cautela.
Berlín, de hecho, no hará "declaraciones precipitadas" sobre el envío de Leopard, aclaró el canciller Olaf Scholz, respondiendo a la pregunta de un reportero sobre la supuesta presión de Polonia y Finlandia para entregar estos tanques a Kiev.
Negando el anuncio ruso de haber conquistado Soledar, el portavoz del grupo oriental de las fuerzas armadas de Ucrania, Serhiy Cherevaty, dijo que "la lucha continúa en la ciudad".
Pero un equipo de CNN estacionado cerca de Soledar informó haber visto a los ucranianos retirarse, aunque de manera ordenada.
Mientras que ayer el grupo de expertos estadounidense del Institute for the Study of War había informado que las fuerzas rusas controlaban "la mayor parte, si no todo, de Soledar".
No hay duda en Moscú de que Soledar ha caído.
En todo caso, los contrastes se refieren al papel jugado respectivamente por las fuerzas regulares y por los milicianos de Wagner.
Gray Zone, un canal de Telegram utilizado por el ejército privado de Prigozhin, insiste en que los milicianos ya tomaron el control de la ciudad el 10 de enero.
Pero el vocero del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov, aseguró que la conquista se produjo en la noche de ayer, destacando las acciones decisivas de las fuerzas regulares, a su juicio, incluidas formaciones de paracaidistas, tropas de artillería y aviación, que apalearon a los ucranianos.
Al cabo de unas horas, el propio Prigozhin se hizo oír, quejándose de que "intentan constantemente robarle la victoria a Wagner y hablan de la presencia de quién sabe quién sólo para menospreciar sus méritos".
El asesor presidencial ucraniano, Mykhailo Podolyak, calificó estas diferencias como "una reyerta pública", que debe interpretarse como "una buena señal del comienzo del espléndido final" de Moscú.
Finalmente, después de varias horas, el Ministerio de Defensa ruso admitió que, aunque se trató de una ofensiva combinada, el asalto decisivo a la ciudad fue llevado a cabo por los hombres de Wagner en una "acción valiente". (ANSA).
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