(ANSA) - ROMA 22 ENE - En Italia, después de la pandemia, el fenómeno de la renuncia al trabajo está ganando cada vez más espacio.
En Estados Unidos, el fenómeno se conoce como la "Gran renuncia".
La decisión llega por elección o por necesidad, para mirar hacia adelante con respecto a la propia ocupación y carrera o para conciliar mejor las necesidades de la familia.
Las razones pueden ser varias, pero la tendencia observada desde hace dos años se confirma con cifras crecientes. De hecho, se registraron más de 1,6 millones de renuncias en los primeros nueve meses de 2022, un 22% más que en el mismo período de 2021, cuando se registraron más de 1,3 millones.
La fotografía proviene del último dato trimestral de comunicaciones preceptivas del ministerio de Trabajo italiano, y el número indica las relaciones laborales extinguidas por renuncias, y no la cantidad de trabajadores implicados.
Entre las causas de finalización de las relaciones laborales, las renuncias constituyen la mayor parte, tras la extinción de los contratos de duración determinada, el porcentaje más alto.
Pero las cifras indican que también sube el número de despidos, tras el fin del bloqueo decidido con la crisis de la pandemia: entre enero y septiembre de 2022, de hecho, hubo alrededor de 557.000 relaciones interrumpidas por decisión de la patronal frente a 379.000 en los nueve primeros meses de 2021, con un incremento del 47% respecto a un periodo en que estuvo vigente el bloqueo.
Solo en el tercer trimestre del año pasado, hubo 562 000 renuncias, un 6,6 % más (igual a +35 000) con respecto al tercer trimestre de 2021.
Datos que confirman, por tanto, cómo se mantiene la tendencia positiva iniciada en el segundo trimestre de 2021, aunque con una variación menor que en trimestres anteriores.
En cuanto a los despidos, en el tercer trimestre de 2022 se registraron casi 181 mil, con un crecimiento del 10,6% (igual a +17 mil) con respecto al tercer trimestre de 2021.
Será, por tanto, debido a un mercado laboral cada vez más dinámico, por una opción de vida diferente o por las consecuencias de la crisis, pero el fenómeno de las renuncias es creciente y transversal.
Y afecta tanto a hombres, principalmente, como a mujeres.
Según los observadores, por un lado, puede haber sido la recuperación del empleo, tras la caída provocada por el pico de la crisis del Covid, con mayor movilidad y oportunidades también para quienes quieren cambiar de trabajo, sobre todo para perfiles técnicos y especializados.
Por otro lado, por el contrario, la crisis y la necesidad o el deseo de un equilibrio diferente entre la vida privada y la profesional pueden haber impulsado la opción de despedirse del trabajo.
Para Giulio Romani de la Confederación Italiana del Sindicato de Trabajadores (CISL) es necesario "revisar los modelos organizativos hacia una mayor calidad", dado que las empresas en las que se desarrolla el bienestar laboral y la calidad del trabajo son minoritarias y son aquellas de 10 a 250 empleados.
Explicó que el arco de las empresas italianas,"sin embargo, está ocupado en alrededor del 95% por microempresas, aquellas con la productividad más baja, dentro de las cuales, en promedio, es más difícil desarrollar formas de bienestar complementario y donde no se practica la contratación empresarial o no se construyen sistemas de recompensa transparentes".
"Donde se imparte poca formación, se genera menos conciliación, se vislumbran menores perspectivas de crecimiento económico y profesional", afirmó.
"El aumento de las renuncias -explicó Tania Scacchetti de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL)- puede tener explicaciones muy diferentes".
"Por un lado, puede vincularse positivamente a la voluntad, después de la pandemia, de apostar por un lugar de trabajo más satisfactorio o más 'ágil'. Sin embargo, especialmente para aquellos que no tienen ya otro trabajo al que avanzar, podría estar relacionado con un aumento del malestar, también por falta de implicación y de desarrollo profesional por parte de las empresas", detalló. Por su parte, Ivana Veronese, de la Unión Italiana del Trabajo (UIL), expresó que "muchas renuncias voluntarias son quizás una señal de cómo las prioridades también han cambiado en la mente de los trabajadores y trabajadoras".
"Si hay un trabajo inteligente más flexible en algún lugar, si el salario donde trabajo es demasiado bajo o las horas demasiado incómodas, si yo realmente quiero intentarlo, se puede dejar un trabajo, quizás incluso uno seguro", concluyó. (ANSA).
Un boom de renuncias al trabajo
1,6 millones en 9 meses. Razones variadas, mejores condiciones