Unión Europea

Desalojo de Andrés del palacio de Buckingham

Castigado por el rey Carlos III.

Redazione Ansa

(ANSA) - LONDRES, 26 GEN - Nueva humillación para el príncipe Andrés -réprobo de la casa Windsor, desautorizado de cada rol de representación de la familia real británica tras la sospecha de estar involucrado en el escándalo sexual ligado al difunto explotador de menores Jeffrey Epstein-, obligado a sufrir en este atisbo de 2023 el segundo desalojo formal del palacio de Buckingham.
    A decidirlo, bajo seguimiento y sin algún anuncio oficial, el rey Carlos III en persona, decidido a distanciar aún más la sombre del hermano menor en desgracia de la imagen pública del palacio, a 5 meses de la muerte de la reina Isabel II, su madre.
    Y quizás también castigar al duque de York por filtrar recientemente, a la atención de los tabloides, la versión de una presunta veleidad de reabrir el escándalo Epstein mediante una hipotética, cuanto embarazosa, acción legal en Estados Unidos dirigida a buscar improbables resquicios de rehabilitación.
    A reavivar el título según el cual Andrés fue "echado del palacio de Buckingham" fue, primero, el Sun, de Rupert Murdoch.
    El diario citó como fuente la acostumbrada garganta profunda anónima de la corte.
    Bajo la causa de los trabajos millonarios de restauración de la residencia oficial londinense de la dinastía, en curso desde hace tiempo, el ex hijo predilecto de Isabel fue privado ahora del alojamiento de representación en el palacio: una habitación reservada en la que el duque -que reside normalmente en la zona del castillo de Windsor, fuera de la ciudad- estaba acostumbrado a visitar en ocasión de los pasajes por la capital del Reino.
    Alojamiento que parece despejado de todos los objetos por él queridos, incluso la famosa ( tristemente célebre) colección de osos de peluche de la que, siempre según los tabloides, el príncipe, de 62 años, morbosamente encariñado aún en la edad madura como una memoria de la infancia.
    El Sum escribe que el staff real de la casa habría ofrecido a Andrés elegir un pied-á-terre londinense alternativo en el adyacente St. James Palace: otro hogar oficial de la monarquía, pero simbólicamente menos expuesta. Sea como fuere, las revelaciones acerca del desahucio suenan un poco repetitivas.
    Visto que eran difundidas con títulos idénticos, de la misma prensa popular de la isla, poco más de un mes atrás cuando se filtró la noticia de una orden de desalojo de los lugares asignados en el palacio de Buckingham al duque de York como oficina.
    Una señal ya clarísima de la intención de Carlos III, respaldado por el neo heredero al trono Guillermo, de excluir a priori cualquier restitución al hermano, en un tiempo rival -tercer hijo de Isabel y Felipe- de los encargos o de los grados militares derogados.
    Menos aún ante la hipótesis de que Andrés pueda, en verdad, aventurarse en el camino minado de una búsqueda de venganza judicial contra Virginia Giuffre, víctima de Epstein que en el pasado lo inmiscuyó en el escándalo del apañador pedófilo y que justo un año atrás él mismo aceptó desembolsar 16 millones de dólares para evitar un proceso civil público en ultramar.
    Un camino destinado en el caso a alimentar nuevas polémicas -como si no bastase la explosiva autobiografía best-seller del príncipe Harry- justamente mientras se definen los preparativos para la coronación solemne de Carlos y Camilla en agenda para mayo en la Abadía de Westminster. (ANSA).
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