(ANSA) - ROMA 27 ENE - Una enfermedad extremadamente contagiosa, que se manifestaba con tos y convulsiones, hasta traer inevitablemente a la muerte, fue un invento de médicos italianos que salvó a un grupo de unos 50 judíos de lo peor.
"La enfermedad de K estaba siendo descrita así, por los médicos del hospital Fatebenefratelli dell'Isola Tiberina a los soldados nazis dedicados a las redadas, pero en en realidad todo fue inventado", comentó a ANSA Dario Manfellotto, desde hace muchos años director de medicina interna en el hospital histórico en la isla en el río Tíber, en el trecho en que este atraviesa Roma, cerca de la Colina Capitolina.
"Una mentira con una buena intención que permitió salvar la vida de decenas de judíos, tal vez uno cincuenta, destinados a campos de concentración", añadió.
Ocurrió en Roma en octubre de 1943, durante la Segunda Guerra Mundial. Algunos judíos lograron huir de la redada del gueto y buscaron apoyo, donde sabían que había un hospital, justo enfrente de la sinagoga y siempre un referente sanitario para la comunidad judía romana.
"Es aquí -recordó Manfellotto- que trabajó (bajo la nombre falso de Vittorio Salviucci) Vittorio Sacerdoti, médico judio que habia sido sacado del hospital de Ancona debido a de las leyes raciales. Junto con el jefe de medicina interna, Giovanni Borromeo, y su alumno Adriano Ossicini, inventaron esta falsa enfermedad.
El prior, Maurizio Bialek, aprobó la operación. Los judíos fugitivos llegaron, se hospitalizado en la Sala Assunta, en un área dedicada al aislamiento absoluto de los presuntos enfermos y se les instruyó sobre cómo fingir bien los síntomas de la enfermedad K.
"K como Kappler, o tal vez como Kesselring, pero el misterioso nombre me recordó la enfermedad descubierta por Roberto Koch, o la tuberculosis, que en su momento todavía cosechó una gran cantidad víctimas Además, la descripción que hicieron los médicos de los síntomas aterrorizaron a los alemanes", contó MAnfellotto.
"Hipocondríacos y aterrorizados de la idea de contraer una enfermedad contagiosa y peligrosa, los alemanes dejaron de revisar las habitaciones de los pacientes hospitalizado en aislamiento en la sala marcada con el signo de "'acceso prohibido a personas no autorizadas". Esto la salvó vida a personas que de otro modo estarían condenadas a una muerte segura y es un ejemplo del vínculo que siempre debe unir la ética y la medicina", sentenció Manfellotto.
Este tipo de "fake news" permaneció en el recuerdo de Ossicini, fallecido en 2019, quien lo entregó a todos en el libro "Una isla a este lado del Tíber". Mientras, el hospital ganó el premio de la Fundación del Museo del Holocausto, en 2016, con el título de "Casa di Vita" (Casa de Vida). (ANSA).
Una "enfermedad" que salvó a 50 judíos
La idea de un médico italiano que asustó a los nazis