(ANSA) - BRUSELAS, 09 FEB - "La invitación del presidente Macron a Volodimir Zelensky fue inoportuna". La jornada europea de Giorgia Meloni comienza con la puesta a cero de los intentos de acercamiento entre Roma y París tras el enfrentamiento por los migrantes.
La jugada del club franco-alemán que, doce horas antes del Consejo Europeo, llevó al jefe de Estado ucraniano a orillas del Sena, en Roma no cayó precisamente bien. Y, dicen en Bruselas, habría irritado también a otras cancillerías. Pero para Italia es diferente. Es un país fundador, dirigido por una líder que -aunque el decreto sobre las armas para Kiev tarde en nacer- nunca ha cuestionado el apoyo a Ucrania.
En Roma, de hecho, no señalan con el dedo a Kiev, sino a París. Y la respuesta de Emmanuel Macron apunta a que la tensión tardará en amainar: "Durante ocho años, Francia y Alemania han jugado un papel particular" en el expediente ucraniano, fue la seca respuesta del presidente transalpino a quienes le preguntaron por las palabras de su colega italiana.
Aquí está, la motivación oficial sobre la base de la cual el Elysium ha excluido a Italia. Complicando no poco la misión de Meloni también porque la bilateral anunciada por el Palazzo Chigi al margen de la cumbre del 27 no se llevó a cabo. Los tiempos eran apretados, por lo que el Consejo de la UE optó por organizar reuniones, que duraron alrededor de 30 minutos, entre Zelensky y grupos de líderes de seis o siete. Con Italia en el primer grupo, junto a España, Polonia, Rumanía, Suecia y Holanda. Al finalizar el encuentro, Zelensky y Meloni tuvieron la oportunidad de conversar cara a cara. No un bilateral oficial, como la organizado poco después por el jefe de Estado ucraniano con el polaco Mateusz Morawiecki, sino una conversación de pie, en la sala destinada a las reuniones colectivas.
Más allá de la forma, también hubo sustancia en los poco más de diez minutos de conversación. De hecho, el presidente ucraniano habría pedido a Meloni instrumentos para la defensa de los civiles. "Estamos verificando la posibilidad de enviar tipos específicos de defensa a Kiev", confirmó el ministro de Defensa de Italia, Guido Crosetto. No es ningún secreto que Kiev ha estado esperando durante mucho tiempo la entrega del sistema antimisiles Samp/T, que debería llegar en la primavera.
Sin embargo, la charla Meloni-Zelensky no cancela el nuevo choque con Francia. Un choque político, más que diplomático. No es casualidad que la primera ministra, además de subrayar que la movida del Elíseo corre el riesgo de socavar la "unidad europea", se refiriera a los problemas políticos internos de Macron, entre "huelgas y reforma de las pensiones".
Por otro lado, está la alergia del líder de En Marche a las fuerzas soberanas, en casa y en Europa. El choque podría tener múltiples efectos. Si en el frente migratorio se está alcanzando cierta convergencia general, en el expediente de las ayudas de Estado Francia y Alemania, una vez más, lo han hecho solos volando a Washington. Y provocando la irritación del Ministerio de Economía italiano, probablemente solo atemperada por la llamada telefónica realizada por Bruno Le Maire a Adolfo Urso justo cuando la pregunta y respuesta Macron-Meloni rugía en Bruselas.
Con respecto al plan industrial de la UE, Italia apunta a un fondo soberano común, flexibilidad total -incluso en el tiempo- en los fondos PNRR y un Pacto de Estabilidad que no penalice a los que tienen más deuda. Estas son las condiciones del Gobierno para el sí al nuevo régimen de ayudas estatales que beneficiaría especialmente a Francia y Alemania.
La impresión es que las tensiones continuarán. Si las oposiciones en Italia han gritado el aislamiento del Gobierno de Meloni, el ministro Roberto Calderoli ha definido a Macron como un "gallo a toda costa", mientras que Matteo Salvini ha advertido: "No es inteligente que París nos excluya", evocando la Dossier italiano-francés que, en las próximas semanas, podría complicarse. Macron y Meloni no tuvieron contacto durante todo el día. Mientras esperaban la sesión de fotos con Zelensky y los 27, los dos apenas se acercaron: Meloni habló con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola y el luxemburgués Xavier Bettel.
El jefe del Eliseo estaba allí, pero solo habló con dos políticos. Entre él y la primera ministra era como si hubiera una barrera invisible. (ANSA).
Choque Meloni-Macron y coloquio con Zelensky
Premier, "París inoportuno". Oposición, "Italia aislada"