(ANSA) - ROMA 16 FEB - Entre la apertura de una investigación al subsecretario de Justicia, Andrea Delmastro, y las chispas entre la mayoría y el gobierno la cuestión de los superbonus, solo faltaba la fiebre para complicar la situación de la premier Giorgia Meloni.
Los síntomas la obligaron a cancelar todos los compromisos del lunes y martes, obligándola a presidir el Consejo de Ministros desde casa, cancelar la reunión de mañana con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y también su participación en la Conferencia de Munich sobre Seguridad.
"Una mala gripe", lo define quien habló con ella en una de las decenas de llamadas que tuvo la premier para gestionar los distintos frentes abiertos.
El primero se inició en vísperas del Consejo de Ministros, cuando tomó forma en el gobierno la decisión de intervenir con un decreto ley para impedir que las autoridades locales compren los créditos fiscales varados del Superbonus. Diferente la orientación de una parte de la mayoría, en particular Forza Italia, que relanzó las inquietudes. En noviembre, Meloni había denunciado "un agujero de 38 mil millones" generado por el Superbonus, anticipando la reducción de los bonos de construcción. El miedo al impacto negativo en las finanzas públicas llevó a una nueva intervención de la premier y del ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, quien citó la reprimenda del expremier Mario Draghi en julio contra quienes diseñaron los mecanismos de transferencia.
Finalmente, llegó el decreto ley aprobado por unanimidad, sin discusión, aseguran las fuentes, pero con un "miedo compartido por el efecto en las cuentas del Estado de 110 mil millones de deuda".
Una elección difícil pero inevitable, dijo un ministro desde el anonimato. Una dirección muy diferente a la de algunas propuestas presentadas, incluso en los últimos días, por la mayoría. También en este frente, así como en las concesiones de playa, se registra la dificultad de hacer coexistir impulsos distintos de la coalición de gobierno en el Parlamento.
Entredichos y contradicciones de la fuerza gobernante en relación con las finanzas públicas y las limitaciones de la comunidad.
El frente de justicia sigue incandescente. A raíz del júbilo de la mayoría por la absolución de Silvio Berlusconi en el caso Ruby, pero se abrió la investigación a Delmastro por la divulgación de información sobre el anarquista Alfredo Cospito.
Había la posibilidad de que fuera oído sólo como persona informada de la hechos, en cambio tendrá que presentarse en la fiscalía en los próximos días con un abogado y con riesgos.
Desde Hermanos de Italia (FdI), el partido de Meloni, dicen que el subsecretario de Justicia está tranquilo, tiene fe en los magistrados, no tiene intención de dimitir, ni ha sido preguntado sobre eso, aseguran. Otras fuentes mayoritarias hablan de chispas entre el propio Delmastro y otros funcionarios.
Para FdI, como aclaró la ministra de Turismo, Daniela Santanché, la comisión de investigación tampoco está en el orden del día sobre el uso político del poder judicial, relanzado por Forza Italia. Una idea que "nació incluso en la última legislatura firmada por todos los partidos mayoritarios y de oposición", subrayó la líder de esa fuerza en el Senado, Licia Ronzulli. "Es importante pero no es la prioridad. Lo primero que hay que hacer es reformar la justicia", subrayó el viceprimer ministro y canciller, Antonio Tajani. (ANSA).
Meloni, estado gripal y algunos contratiempos
Desiste de cumbre de Seguridad y del encuentro con Roberta Metsola