Se trata de un objetivo que Meloni quiere alcanzar con un diálogo "de igual a igual" entre Europa y el Mediterráneo ampliado, y "no depredador" con los países de origen de los migrantes.
Esta es la advertencia con la que Meloni abrió la conferencia sobre desarrollo y migración que el presidente considera "el inicio de un camino que nos gusta llamar el 'proceso de Roma'".
El papel de Italia, como esta conferencia, "no es una idea abstracta", afirmó la primera ministra, quizás respondiendo a la oposición, pero sin colaboración no se va lejos.
El evento marca así el primer paso del Plan Mattei que Italia ilustrará en noviembre con motivo de la Conferencia Italia-Africa y contó entre los invitados con los líderes de casi todos los estados de la orilla sur del Mediterráneo ampliado, de Medio Oriente y del Golfo, los estados europeos de primera llegada y algunos socios del Sahel y el Cuerno de Africa, los jefes de las instituciones financieras internacionales y aquellos de la Unión Europea.
Están el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de la cual llegaron palabras de apoyo a la premier italiana.
Von der Leyen, a quien Meloni agradeció "el trabajo incesante", reiteró la necesidad de "reprimir a los traficantes" y "destruir su cínico modelo de negocio".
Para el presidente de la Comisión es necesario "unir esfuerzos", la apertura de nuevas rutas legales puede "crear una alternativa real y segura a los peligrosos viajes por mar".
Travesías que muchas veces se convierten en jornadas de muerte para quienes las emprenden. El ministro de Exteriores, Antonio Tajani, promete que la conferencia de hoy en la Farnesina será también un primer paso en esta dirección, porque "Roma siempre fue y quiere ser un cruce de caminos entre pueblos que quieren construir juntos una nueva temporada" y "no queremos que el Mediterráneo sea un cementerio de gente que sale de casa".
La colaboración con los países de tránsito es fundamental en este sentido. Hace unos días, bajo el patrocinio de Italia, la UE y Túnez firmaron un acuerdo que la presidente de la Comisión espera que sea "un modelo" y un "proyecto de futuro" que conduzca a "asociaciones con otros países de la región".
El Presidente tunecino, Kais Saied, criticado por la gestión de los inmigrantes en su país, intervino en la conferencia para atacar a las "muchas organizaciones que en el estatuto hablan de su papel humanitario, pero que desgraciadamente no hicieron nada".
Saied también recordó que las migraciones actuales procedentes del Sur del mundo son una consecuencia directa del "colonialismo" del pasado. Un fenómeno que crea una "nueva forma" de esclavitud que "Túnez no puede aceptar".
Para el país norteafricano también está en juego el dinero del Fondo Monetario Internacional (FMI), vinculado a las reformas estructurales.
Una situación de inestabilidad que Túnez comparte con su vecino libio, protagonista también de la conferencia de hoy con el presidente del Consejo Presidencial, Mohamed Younis Menfi, y el primer ministro, Abdul Hamid Dbeibah, que agradeció a Italia su colaboración y el haber dado "prioridad absoluta" al dossier sobre la lucha contra los traficantes.
Una importante inversión política para el gobierno, que a través de un amplio trabajo de mediación y diplomacia hizo posible llegar a la conferencia de hoy.
"Somos inevitablemente un puente entre Europa, Africa y Medio Oriente", concluyó Meloni, para quien el "proceso de Roma" es un punto de partida para "iniciar un camino compartido" que conduzca a medidas "concretas" para afrontar "las causas profundas de los flujos irregulares y para derrotar la actividad criminal de los traficantes de seres humanos". (ANSA).
Leggi l'articolo completo su ANSA.it