(ANSA) - KIEV, 28 LUG - Ucrania celebrará la Navidad el 25 de
diciembre y no el 7 de enero, como solía hacerse, tras una ley
firmada el viernes por el presidente Volodimir Zelenski.
Así, Ucrania y Rusia ya ni siquiera compartirán el día de
Navidad, según la decisión del Parlamento ucraniano, firmada
por Zelenski, según la cual Kiev celebrará el ritual el 25 de
diciembre en lugar del 7 de enero, el día del rito de la Iglesia
Ortodoxa Rusa.
Una lucha por la propia identidad que se suma a las batallas
libradas en el campo por la propia independencia.
El viernes, según Moscú, Kiev llevó su contraofensiva hasta
territorio ruso, lanzando cohetes sobre la región sureña de
Rostov, justo en la frontera con la región ucraniana de Donetsk.
El ataque se habría producido con misiles tierra-aire S-200
modificados: "El régimen de Kiev llevó a cabo un acto terrorista
contra la infraestructura residencial de Taganrog", dijo el
ministerio ruso.
Según el Kremlin, el cohete habría sido derribado pero los
escombros habrían dañado edificios y causado heridos, al menos
15 según el gobernador de Rostov, Vasily Golubev.
Y en otro ataque ucraniano, nuevamente con S-200 y todavía
en la región de Rostov, supuestamente golpeó un lugar cerca de
Azov: Moscú se atribuyó la responsabilidad del derribo del
cohete, cuyos restos "cayeron en un terreno desolado" sin daños.
"Todo lo que sucede en Rusia, incluido en Taganrog, es
consecuencia de la guerra a gran escala iniciada" por ese país,
dijo Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano, sin
asumir la autoría de los ataques.
En tanto, una bomba también habría explotado en la ciudad
rusa de Samara, en la refinería Kuibyshev, uno de los
principales yacimientos petrolíferos de la región, operativa
desde 1945.
La "condena firme" de los ataques en la región de Rostov
provino de Vladimir Putin, quien se encontraba en San
Petersburgo para el segundo y último día de reuniones con
líderes africanos.
El mandatario ruso se volvió a declarar abierto a negociar,
reiterando su versión de que, en cambio, "Kiev no quiere
hacerlo", y se mostró interesado por los planes de paz que
llegan desde sus países, volviendo a asegurar el suministro de
cereales a África, a pesar del freno a la iniciativa del Mar
Negro y las sanciones.
Desde San Petersburgo, el presidente egipcio Abdel Fattah al
Sisi pidió a Moscú que retomara el acuerdo.
Putin también jugó el arma de la ayuda militar, recordando a
sus interlocutores que desde el Kremlin se hacían entregas
gratuitas de armas "para fortalecer la seguridad y la soberanía
de estos estados".
Pero las tensiones siguen siendo altas en el tema del trigo,
con la Defensa de Ucrania advirtiendo una vez más sobre los
riesgos de los ataques rusos contra los buques mercantes.
"De las intercepciones de radio nos enteramos de que los
ocupantes están ordenando a los barcos civiles en el mar que no
se dirijan a los puertos ucranianos", dijo la portavoz de las
Fuerzas de Defensa de Ucrania del Sur, Natalia Gumenyuk.
Zaporiyia también sigue preocupada: hace dos días, los
observadores de la misión del OIEA supuestamente registraron,
dijo Kiev, explosiones dentro de la planta.
La misma agencia había señalado, en los últimos días, la
presencia de minas colocadas entre las partes interna y externa
de la estructura.
"La amenaza para la central nuclear creció, porque no hay
certeza de que los sistemas de seguridad estén funcionando",
aseguró el jefe de la Comisión Estatal de Ucrania para la
regulación de la energía atómica, Oleg Korikov. (ANSA).
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Kiev rompe con Iglesia rusa, cambia la Navidad
Celebración el 25 de diciembre. Ataques de Kiev a Rostov