"Estoy haciendo lo mejor que puedo, la gente cree que las cosas pueden cambiar, pueden mejorar y por eso hacen más.
A nueve meses del nacimiento de su gobierno, la primera ministra no parece querer perder el tiempo y explica su "estrategia": "Hago lo que creo que es correcto para mi país, para los intereses de mi país. Y creo que lo que está pasando en Italia es lo único que puede responder a las críticas", enfatizó.
Y cita los números de Italia a día de hoy, como ejemplo: "Estamos creciendo más que otras economías europeas, tenemos las tasas de empleo más altas, empleo estable y empleo femenino. Las cosas van bien".
"La gente cree que las cosas pueden cambiar, pueden mejorar y, por lo tanto, hacen más. Y esto es lo que creo que puede marcar la diferencia", reiteró.
Meloni explicó luego que la primera cosa que dijo a las empresas italianas, por ejemplo, fue que su gobierno no las molestaría, porque quiere que crean que su gestión puede hacerlo mejor y no van a tener un Estado que les cree problemas.
"Habrá instituciones que puedan trabajar contigo. Eso no quiere decir que no tengamos reglas. Todos tenemos que ir en la misma dirección. Este fue mi primer mensaje y creo que muchos lo entendieron y es que las cosas, en mi opinión, van muy bien a pesar de una situación que no es fácil, donde la emergencia es la única certeza que se tiene", añadió.
Impulsada por su líder, la mayoría mira hacia adelante. Y pese a algunas reservas internas (principalmente de la Liga), las críticas llovieron sobre el gobierno por los mensajes de texto enviados para comunicar el fin de la renta básica a gran parte de los beneficiarios.
Muchos parlamentarios de la coalición de gobierno señalan que la comunicación no la decidió el Palazzo Chigi sino el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INPS, por sus siglas en italiano) incluida la elección de los mensajes de texto.
Tanto es así que por los pasillos de los edificios gubernamentales circula la convicción de que detrás de esa elección está la "manita" de hombres del INPS todavía muy cercanos al expresidente de la institución de seguridad social que manejaba ese aporte.
Se trata, pues, de una maniobra ingeniosa para suscitar una polémica que parece haber irritado mucho al Palazzo Chigi. La propuesta de crear una comisión de investigación sobre las posibles responsabilidades de Pasquale Tridico por la falta de control a los "astutos" cheques avala este estado de ánimo.
Tommaso Foti, jefe de grupo de los Hermanos de Italia en la Cámara, repite que "no se trata de un ataque ad personam", sino de una forma de "hacer luz sobre los controles".
De hecho, por el momento no hay ningún proyecto de ley depositado en el Parlamento, que debería ser el primer paso para la puesta en marcha de cualquier comisión de investigación. Y hay cierto desconcierto entre los aliados. Varios de ellos se distancian señalando que se trataría de una iniciativa parlamentaria (y no gubernamental) con un largo calendario.
Además del riesgo, denunciado en susurros, de que se convierta en otra comisión de investigación destinada a no dar una palabra definitiva sobre el asunto, precisamente porque no tiene poderes de investigación ni judiciales. (ANSA).
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