Al mismo tiempo, los dirigentes ucranianos rechazan cualquier perspectiva de negociación.
"Dejen de complacer a los monstruos, dejen de coquetear con maníacos ignorando sus verdaderas intenciones, dejen de pensar que es posible negociar con Rusia", dijo el asesor presidencial Mykahilo Podolyak, que en los últimos días había desestimado la iniciativa de paz del Vaticano acusando al Papa Francisco de ser "pro-ruso".
Mientras tanto, el balance del ataque que, según la ONG Road to Relief, las fuerzas rusas llevaron a cabo contra un coche en el que viajaban cuatro trabajadores humanitarios en Donbass, es muy grave.
Dos personas murieron, la española Emma Igual y el canadiense Anthony Ihnat. Los otros dos, un alemán y un sueco, resultaron gravemente heridos.
Según la ONG, el ataque se produjo cerca de Khasiv Yar, mientras los voluntarios viajaban en un coche que salía de Slavyansk en dirección a Bakhmut "para evaluar las necesidades de los civiles atrapados en el fuego cruzado en la ciudad de Ivanivske".
Casi todos los días fuentes militares informan de pequeños avances de las tropas ucranianas. Hoy, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de la Región de Tavria, Oleksandr Shtupun, afirmó que el ejército de Kiev ganó otro kilómetro y medio cuadrado en el distrito de Robotyne, en dirección a Melitopol, en la región de Zaporiyia.
Por su parte, como es su estilo, el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, se mostró cauteloso y afirmó en una entrevista con la BBC que hasta ahora los ucranianos lograron "un éxito parcial", pero "es demasiado pronto para decir cómo terminará".
Las afirmaciones de Budanov y Podolyak parecen ser una respuesta precisamente a este tipo de evaluación, que sospechan que podría abrir la puerta a una hipótesis de solución negociada: "Las hostilidades continuarán de una forma u otra", afirmó Budanov. Mientras Podolyak arremetió contra un Occidente que, según él, todavía no hizo lo suficiente contra Moscú.
"La decisión sobre Rusia -aseguró- aún no se tomó: aislamiento geopolítico, estatus terrorista, suspensión de la pertenencia a organizaciones globales, órdenes de arresto individuales contra altos funcionarios. Y, sobre todo, la derrota en la guerra seguida por la transformación interna".
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, evidentemente no comparte esta opinión e insiste en proponerse como mediador, pidiendo que Rusia no quede "marginada" en las conversaciones para relanzar el acuerdo para la exportación de trigo ucraniano a través del Mar Negro. Mientras tanto, la guerra continua, especialmente la de los drones, en ambos lados.
El ejército de Kiev dijo que la noche del sábado los rusos lanzaron 33 drones sobre varias ciudades del país, apuntando en particular a la capital. De ellos, 26 habrían sido derribados.
Pero los restos, algunos en llamas, alcanzaron los barrios de Sviatoshyn, Shevchenkiv y Podilsky de Kiev.
El balance final es un herido leve y un apartamento dañado.
En el frente opuesto, el ministerio de Defensa ruso anunció que había derribado ocho drones ucranianos sobre las aguas del Mar Negro y que había destruido tres lanchas rápidas que transportaban un grupo de desembarco militar ucraniano hacia Crimea. (ANSA).
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