Unión Europea

Francesca, la joven que salvó a cuatro migrantes

El relato de la italiana que se lanzó al mar con un amigo para rescatar

Rescate en el mar, una joven italiana heroína

Redazione Ansa

(ANSA) - PALERMO - Estas vacaciones quedarán grabadas para siempre en la memoria de Francesca Matina, una joven que, mientras estaba en un barco disfrutando de las aguas cristalinas del mar de Lampedusa, en un instante tuvo que lanzarse al agua para salvar a un grupo de inmigrantes.
    El naufragio se produjo el martes por la tarde en Tabaccara, el acantilado que domina el mar contra el que se estrelló la pequeña embarcación que transportaba a 48 personas.
    "Fueron momentos realmente difíciles -relató-, las personas en el mar jadeaban y pedían ayuda. Salvar vidas humanas es una experiencia muy fea y bellísima al mismo tiempo. Por suerte, todo salió bien, pero lamentablemente no siempre termina así".
    Francesca, 31 años, natural de Lampedusa, hija del jefe de los bomberos de la isla, Giacomo Matina, trabaja en Palermo como responsable de marketing para una empresa. Cuenta cómo logró salvar a cuatro náufragos, entre ellos dos mujeres.
    "Estaba en el barco con mis tíos Giacomo y Felicetta y mi amigo Gonzalo - reconstruye -, estábamos levando anclas para regresar, tanto que ya nos habíamos vestido, cuando vimos este pequeño barco estrellarse contra las rocas. En ese momento, con Gonzalo, no lo pensamos dos veces y nos tiramos al mar con los chalecos salvavidas puestos. Fueron momentos de terror, pero no podíamos dejar morir a esas personas que pedían ayuda".
    Mientras tanto, los tíos de Francesca llamaron la atención de otra lancha que, siendo de menor tamaño, logró acercarse a los náufragos que inmediatamente se aferraron al casco.
    "Fueron momentos de gran emoción - explica Francesca - Yo hablaba inglés, los inmigrantes hablaban francés, traté de tranquilizarlos, pero tenían frío y miedo, tenían sed y les dimos agua. Afortunadamente, al final todos los náufragos, incluidos tres niños se salvaron, también gracias a la llegada de la Guardia Costera".
    "Acoger - subraya Francesca - es parte de nuestra naturaleza. Nosotros, los lampedusanos, lo tenemos en la sangre, pero hoy el sentimiento que siento es de pánico y de ira. No podemos acoger a la gente de esta manera, todos hacinados en los barcos de la Guardia Costera, deshidratados, sufriendo, destrozados por el viaje. La verdad es que siempre estamos solos a la hora de acoger a los inmigrantes que huyen de sus países.
    Hemos sido dejados solos y abandonados por Europa".
    Francesca cuenta los detalles del rescate sin emocionarse.
    "No somos héroes, somos simplemente seres humanos que intentamos salvar a otros seres humanos en dificultades. Y esta vez todo salió bien. Si tuviera que vivir otra vida como migrante, espero recibir la misma ayuda", concluye. (ANSA).
   

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