Unión Europea

Alemania blinda sus fronteras

Conflicto Roma-Berlín por inmigrantes puede extenderse.

Cientos de migrantes esperan en el hotspot ser trasladados a otros sitios del sur de Lampedusa.

Redazione Ansa

(ANSA) - El conflicto entre Italia y Alemania por los inmigrantes corre el riesgo de extenderse mucho más allá del papel de las ONGs. Berlín, que considera excesivo el número de llegadas de refugiados a suelo alemán, denunció un nuevo endurecimiento de sus fronteras: después de Polonia se aplicarán las de Austria, Suiza y la República Checa. Olaf Scholz podría abordar el tema en la cumbre europea de la próxima semana: el de los movimientos secundarios. Y, sobre todo, Italia está en la mira.
    La tensión entre las dos capitales corre el riesgo de romper el trabajo diplomático que tanto la presidencia española, como Ursula von der Leyen, vienen realizando desde hace días en Bruselas con vistas a la cumbre de Granada, los días 5 y 6 de octubre. Y el riesgo de que los 27 lleguen a Andalucía sin ningún orden concreto según el Pacto sobre Migraciones se hace cada vez más concreto.
    El lunes está convocada la reunión de los representantes permanentes de los países miembros para tratar la Declaración de Granada que la presidencia española prepara para la cumbre.
    Los sherpas están trabajando en un texto delgado: ampliarlo y profundizarlo demasiado correría el riesgo de no contar con las firmas de todos los líderes. Sin duda, la Declaración hará referencia a la resiliencia estratégica de la UE, tanto desde el punto de vista económico como de defensa. Y también incluirá el tema de la migración. Aquí, de momento, navegamos a la vista.
    En cuanto a la dimensión exterior del expediente, aunque el Memorándum con Túnez avanza a tropezones y ya irritó a los dirigentes del área socialdemócrata, el acuerdo político está al alcance de la mano.
    Es en la dimensión interna donde los sherpas de la UE tendrán que trabajar extraordinariamente bien. El freno por parte de Italia a la propuesta de compromiso presentada por España, el pasado jueves, sobre la regulación de las crisis migratorias, ralentizó las negociaciones. El enfrentamiento sobre las ONGs entre Berlín y Roma que se produjo en paralelo corre el riesgo de retrasarlos seriamente.
    El viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, en Paestum con motivo del evento de Forza Italia, reiteró la contrapropuesta que Roma podría presentar para modificar el reglamento de crisis.
    Si es cierto que en el texto las actividades de las ONGs quedan excluidas de situaciones que pueden definirse como explotación de la migración, entonces "si un país financia a una ONG para recoger inmigrantes en el mar, lo cual es correcto y apropiado, entonces este barco "no necesariamente tiene que ir a Italia, sino al país cuya bandera enarbola", insistió Tajani.
    "Si Alemania financia a las ONGs para recoger inmigrantes, no dejarlos ir a Alemania y dejarlos ir a Italia no es bueno.
    Esto ciertamente no es solidaridad europea", subrayó de nuevo el jefe de la Farnesina.
    Alemania, por el momento, mantiene el punto. Y Scholz anunció, al mismo tiempo, un nuevo endurecimiento de las fronteras. Con un doble objetivo: por un lado aumentar los controles en las fronteras orientales con Polonia y la República Checa, tras el 'visa-gate' en el que participó el gobierno polaco y, por el otro, impedir la entrada desde la frontera sur (Austria y Suiza) de inmigrantes que no han sido registrados en el país de primera llegada, casi siempre Italia.
    La cuestión de los registros faltantes ya fue abordada por la ministra del Interior alemana, Nancy Feaser, en el Consejo de Asuntos Internos en Bruselas.
    El principal partido mayoritario se encargó de expresar la decepción de Roma por la última medida alemana.
    La decisión de Scholz "es una demostración más de lo hipócrita y vergonzosa que es la izquierda", declararon los líderes del grupo FDI en el Senado y en la Cámara, Lucio Malan y Tommaso Foti. "Se trata del mismo canciller, al frente de una mayoría socialista y de extrema izquierda, que se jacta de financiar a las ONGs para transportar inmigrantes a Italia", añaden los representantes del partido de Giorgia Meloni.
    En este clima, es difícil para la UE encontrar una solución a la regulación de las crisis y, por tanto, a todo el Pacto sobre Migración y Asilo. También porque sin un acuerdo sobre la gestión de las crisis migratorias la Eurocámara no reiniciará las negociaciones sobre los demás expedientes del Pacto.
    Los líderes comunitarios, en cualquier caso, no han cambiado su objetivo: el acuerdo debe concluirse en el año. Empero, de repente, el camino se volvió muy empinado.
   

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