No hubo víctimas durante el conflicto, pero se han dañado edificios y un carísimo sistema de defensa aérea S-400 Triumph fue destruido en Belgorod, afirmaron los servicios ucranianos.
Según el gobernador de Bryansk, Alexander Bogomaz, los ucranianos habrían atacado 50 viviendas y edificios con municiones de racimo, prohibidas por decenas de países debido a sus devastadoras consecuencias sobre civiles, pero utilizadas desde hace tiempo durante la guerra.
Las fuerzas ucranianas confirman a Crimea como el escenario de la confrontación. Según el Gur Defence Intelligence, los hombres de las fuerzas especiales Stuhna y Bratstvo aterrizaron en el territorio ocupado de la península, lo que desencadenó un combate que dejó "muchos muertos y heridos entre los invasores", pero también "bajas en la defensa ucraniana", informó el portavoz de los agentes secretos, Andriy Yusov.
La incursión, cuyo objetivo principal era filmar un video con la bandera de Ucrania flameando sobre la península, fue desmentida por Moscú. El Ministerio de Defensa ruso afirmó haber frustrado el desembarco nocturno en Crimea: "Las acciones de las fuerzas aéreas rusas detuvieron el intento de penetración de un grupo de desembarco de las fuerzas armadas ucranianas, que se dirigía en dirección a Tarkhankut con una lancha militar y tres motos acuáticas".
Hasta el momento no hay confirmación oficial de lo ocurrido durante la invasión, pero está claro que las fuerzas de Kiev están presionando para obtener resultados útiles que les permitan lograr sus demandas de apoyo occidental.
Una ayuda que parece desvanecerse en los últimos días, luego de que los fondos estadounidenses con destino a Kiev fueran retirados del proyecto de ley que evitó el cierre de los Estados Unidos.
El presidente Joe Biden expresó su preocupación por la posibilidad de que las peleas internas en el partido republicano creen problemas al ayudar en la guerra, y anunció que dará próximamente un importante discurso sobre Ucrania. Mientras tanto, Washington le entregó a Kiev 1,1 millones de municiones iraníes incautadas por Estados Unidos, con destino previo a los rebeldes Houthi en Yemen.
Tras visitar a las tropas ucranianas en Jarkov, el presidente Zelensky insistió nuevamente en lo "importante que es que nuestros aliados no se cansen y se mantengan tan motivados como nosotros". "Siento que hay apoyo de los Estados Unidos, la Casa Blanca y el Congreso, a pesar de que se expresaron opiniones diferentes, la mayoría apoya a Ucrania. Estoy convencido de que así será también en el futuro", subrayó el mandatario ucraniano. Además, añadió que "Estados Unidos estará con nosotros y Europa estará de nuestro lado", agradeciendo a Italia y a la Primera Ministra, Giorgia Meloni, en una entrevista concedida a Skytg24.
El líder ucraniano volvió a encender las alarmas por el escaso suministro de armas de su ejército: "Nuestra contraofensiva avanza, pero faltan balas y proyectiles antiaéreos. El invierno es otro desafío al que se enfrenta nuestra población y el ejército ucraniano. Debemos superarlo sin perder la iniciativa en el campo de batalla".
Para lograrlo, insistió Zelensky, Ucrania está "haciendo todo lo posible para equiparse con más sistemas de defensa aérea antes de que llegue el invierno. Ahora esperamos determinadas decisiones de nuestros socios".
El presidente de Ucrania renovó su invitación al Papa para que visite Kiev, pero sólo evoca la necesidad de traer de vuelta a casa a los niños ucranianos deportados. A su vez, aclaró que no existe apertura al diálogo con Moscú, ya que Vladimir Putin no es un hombre de fiar. "Rusia no está interesada en la vía diplomática. Tanto el Vaticano como Turquía lo han intentado, pero el resultado es siempre el mismo: nadie ha tenido éxito. No porque los líderes no sean fuertes, sino porque el fin de la guerra no va de la mano con los deseos de Putin", es la convicción del presidente.
"Putin decidió seguir adelante, bloqueará cualquier acuerdo, basta con ver el acuerdo sobre los cereales", concluyó Zelensky.
De esta forma, todo se pone en juego sobre las armas y el terreno a 600 días del comienzo de la guerra. (ANSA).
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