De hecho, todos los ojos están puestos en Ucrania, que espera que el Ejecutivo europeo recomiende al Consejo la apertura de negociaciones de adhesión.
Pero no sólo Kiev está en la ventana, pues el informe también abordará los Balcanes, Moldavia, Georgia y Turquía: cada uno de ellos tiene una historia diferente con la UE y dependiendo de las palabras que se utilicen, se desencadenarán reacciones diferentes.
En la actualización de junio pasado, la Comisión indicó que Ucrania había cerrado "con éxito" dos prioridades de las siete indicadas cuando se le concedió el estatuto de país candidato.
Otras ya estaban en un buen punto.
En la reciente misión a Kiev, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, habló de que el objetivo estaba "alcanzado en un 90%".
Nadie duda de que la Comisión propondrá al Consejo abrir negociaciones, la cuestión, en todo caso, es entender qué palabras se utilizarán, qué votos recibirá en el "boletín de calificaciones" y cómo se posicionarán los 27 desde ahora hasta diciembre, cuando el tema termine en la mesa del Consejo Europeo.
Para Moldavia, de la proeuropea Maia Sandu la situación es similar.
En junio había alcanzado tres de nueve prioridades, pero se especula con que la Comisión dará su aprobación de todos modos.
"A veces hay que hacer un acto de fe, lanzar el corazón por encima del obstáculo", explicó una fuente europea cercana a la cuestión.
El razonamiento se aplica a Georgia -según Politico debería recibir el estatus de país candidato, a pesar de sus coqueteos con la Rusia de Putin- y más aún a Bosnia, para la cual el ejecutivo de la UE -sorprendentemente- podría recomendar la apertura de negociaciones, a pesar de los escasos resultados prácticos en algunas de las cuestiones clave, como el Estado de derecho.
El razonamiento -según trascendió- es el siguiente: las poblaciones son más proeuropeas que los gobernantes y necesitamos enviar un mensaje de esperanza para mantener a estos países enganchados al tren europeo.
Italia, por ejemplo, se encuentra entre los países que se habrían puesto del lado de Bosnia.
En cuanto al capítulo de los Balcanes, por el contrario, es muy apreciado por Roma y por otros estados miembros vecinos, como Austria, Croacia y Alemania.
Montenegro, por ejemplo, se encuentra ya en una fase avanzada de negociaciones y faltaría muy poco para cerrarlas.
Lo mismo ocurre con Serbia, que, sin embargo, tiene el gran problema de Kosovo y una política exterior que no está alineada con Bruselas en materia de Rusia.
Un poco más atrás se encuentran Albania y Macedonia del Norte.
Y, por eso, no se esperan sorpresas en Turquía, ahora lejos de la órbita de la UE.
"Nada termina hasta que todo termina", explicó otra fuente.
Pero la situación cambió y el propio presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, propuso una fecha, 2030, para cerrar.
(ANSA).
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