Una escena nunca antes vista, un asalto con cuchillos, machetes y hachas contra el salón de baile de un pequeño pueblo de 500 habitantes, Crépol, entre Lyon y Grenoble.
Gérald Darmanin, que desató las cabezas antiterroristas tras la pista de los atacantes, anunció por la tarde -menos de 48 horas después de los hechos- la detención de 7 personas implicadas. Entre ellos se encuentra el asesino de Thomas, un niño querido por todos en el pueblo, apasionado del rugby, siempre de buen humor, que actuaba como "pacificador" incluso en las discusiones en clase.
Y murió mientras lo trasladaban al hospital, víctima de una riña furiosa cuyas motivaciones las autoridades son aún muy prudentes. Al contrario de la extrema derecha, que desde ayer noche, aún antes de conocer los nombres de los agresores, definió el asalto como una "caza de gallos" por parte de los "bárbaros".
En una serie de declaraciones a través de X, que provocaron la explosión de las redes sociales, la sobrina de Marine Le Pen afirmó que "el racismo contra los blancos golpea ahora incluso en la campaña".
"No es una pelea fuera de la discoteca o una simple pelea -insistió Marion Maréchal, cuyo partido no tiene representación en el Parlamento- es racismo contra los blancos. Es hora de responder en modo decisivo antes que la vida en Francia se convierta en un infierno".
Este tipo de acusación, con Zemmour que ve en los acontecimientos de Crépol la demostración de su tesis sobre el "choque de civilizaciones", surge de la frase de uno de los testigos de los hechos, que informó a los medios de comunicación que había oído a uno de los atacantes gritar "hemos venido a matar blancos".
La postura de Marine Le Pen es más cautelosa: "Es un ataque organizado que proviene de algunas banlieue criminales donde hay milicias armadas involucradas en razias". Darmanin, al anunciar la detención de los presuntos autores, habló de una sociedad cada vez más "salvaje".
Luego, a la diputada de Rassemblement National de la región afectada por la tragedia, Drome, Lisette Pollet, quien le preguntó qué medidas pensaba adoptar tras la muerte de Thomas contra "la inseguridad" que reina "en las ciudades y en los pueblos", respondió: "Por favor, eviten agregar palabras indignas a un drama que afecta a todo el país".
Para el fiscal de Valence, Laurent de Caigny, "es falso decir que el grupo hostil estaba formado por personas de la misma ciudad o del mismo barrio". Muchos piensan en el suburbio más peligroso de la cercana zona de Romans-sur-Isère, el distrito de Monnaie. Fuentes de investigación citadas esta tarde por varios medios de comunicación hablan de una riña o un malentendido durante el baile que desembocó en una misión de "venganza".
(ANSA).
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