Casi dos millones de personas se quedaron sin electricidad durante la noche en el sur de Rusia, Crimea y las regiones ucranianas anexadas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón cuando una tormenta acompañada de vientos de más de 140 kilómetros por hora derribó tejados de casas y arrancó árboles de raíz, inundó casas y destruyó tramos del ferrocarril.
Unos cincuenta vuelos con salida y llegada a los aeropuertos de Moscú fueron cancelados debido a las fuertes nevadas en la capital, donde algunos aeropuertos habían sido cerrados temporalmente la víspera debido a algunos drones lanzados por las fuerzas ucranianas hacia la ciudad.
Los mayores daños se registraron en Crimea, la península anexada por Moscú en 2014, donde olas gigantescas azotaron la costa causando graves daños a las instalaciones turísticas.
"Un Armagedón", lo llamó el presidente del Parlamento de la península, Vladimir Konstantinov.
Roman Vilfand, director científico del Centro Hidrometeorológico, dijo que se trataba de la tormenta más fuerte que ha azotado Crimea desde que comenzaron las observaciones meteorológicas.
Un hecho similar ocurrió en Balaklava en noviembre de 1854, durante la Guerra de Crimea, cuando la flota de los Aliados (británica, turca, francesa y el Reino de Cerdeña) sufrió el hundimiento de una treintena de barcos.
Hasta el momento se han confirmado cuatro muertes, pero la cifra sigue siendo provisional. Dos cuerpos sin vida han sido encontrados en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia, donde también se encuentra Sochi. Un marinero perdió la vida en el estrecho de Kerch, entre Crimea y territorio ruso, y otra persona en la propia Crimea.
Según las autoridades locales, se trata de un hombre que había ido a la costa a observar las olas y fue tragado por el mar. En Sebastopol, ciudad de la península donde tiene su base la flota rusa del Mar Negro, el acuario fue invadido por las olas y murieron 500 animales marinos.
En el territorio ucraniano bajo control de las autoridades de Kiev, "el mal tiempo provocó cortes de energía en más de 2.000 ciudades y pueblos en 16 regiones", dijo el presidente, Volodímir Zelensky en una publicación en X.
Según las autoridades locales, en algunas provincias cayeron hasta 25 centímetros de nieve. En la región de Odessa, en el Mar Negro, fueron rescatados más de 1.600 residentes que quedaron varados por la nieve.
Las autoridades ucranianas afirman que las temperaturas han caído en picada, poniendo de relieve dramáticamente las dificultades de suministro de energía en un país muy afectado por los bombardeos rusos contra la red eléctrica. La empresa Dtek anunció que solo en el último mes cinco de sus centrales termoeléctricas cercanas a la línea fuente resultaron afectadas, la última de ellas anoche.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, admitió por su parte que la situación es "muy difícil" también para las tropas ucranianas en el frente, "especialmente en el este, donde asistimos a intensos enfrentamientos".
Pero, hablando en una conferencia de prensa en vísperas de una reunión de ministros de Asuntos Exteriores del Pacto Atlántico, reiteró el "apoyo inquebrantable" a Kiev. (ANSA).
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