"El futuro de todo el país depende de la actividad de las tropas rusas en primera línea", recordó el presidente, Vladimir Putin, tras la ceremonia de entrega de las medallas con la estrella de oro a los héroes de la Federación: "Occidente ha tratado de debilitar y aplastar Rusia, pero eso nunca sucederá", advirtió.
El conflicto, en realidad, está estancado, pero el líder del Kremlin quiere lograr al menos un éxito en el terreno del que pueda presumir ante sus votantes.
Según el grupo de expertos estadounidense Instituto para el estudio de la guerra, Putin dio la orden de tomar Avdiivka antes de las elecciones de marzo.
La ciudad de Donetsk, que se convirtió en un símbolo de la resistencia ucraniana en los primeros meses de la invasión, está sitiada desde mediados de octubre y sigue estando hoy a pesar de las terribles condiciones climáticas debidas a la llegada del invierno: "Las tropas rusas atacan las 24 horas del día 24, lanzan una media de 30 a 40 bombardeos masivos al día, intentando conquistarla por todos los medios", informó el jefe militar de la ciudad, Vitaliy Barabash.
Cañones, cohetes, artillería y ataques con tanques acompañan el asedio, pero no evitan las pérdidas entre los soldados del Kremlin que, según informan los ucranianos, son un 25% superiores a las registradas durante la batalla de Bakhmut.
Para Ucrania, sin embargo, el conflicto sigue sin ser fácil.
Para la inteligencia británica, el masivo ataque con misiles lanzado por Rusia el jueves marcó el inicio de una ofensiva para debilitar la infraestructura energética del país. Pero lo que preocupa sobre todo es el frente oriental, como admite el propio comandante de las fuerzas terrestres de Kiev, Oleksandr Syrsky: "La situación operativa en el este sigue siendo difícil. El enemigo continúa llevando a cabo acciones ofensivas a lo largo de toda la línea del frente", subrayó el jefe militar ucraniano, afirmando, sin embargo, que tiene la organización "para garantizar la estabilidad de nuestra defensa, salvar vidas de nuestros soldados y garantizar el uso racional de las municiones".
Si en el campo de batalla la situación entre Ucrania y Rusia está estancada, desde el punto de vista diplomático es absolutamente inexistente.
En los últimos días, los rumores hablaban de conversaciones secretas entre los dos jefes de Estado Mayor, Valery Zaluzhny de Kiev y Valery Gerasimov de Moscú, pero la noticia pronto fue desmentida.
Para una solución política al conflicto "hay que llamar al señor (Volodymyr) Zelensky", bromeó Lavrov, recordando que el presidente ucraniano "hace un año y medio firmó un decreto que prohíbe cualquier negociación con el Gobierno de Putin".
Mientras tanto, Zelensky intenta ampliar el frente de sus seguidores volando a Argentina para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente Javier Milei, apreciado por haber mostrado una "posición clara" sobre el conflicto.
El mandatario ucraniano mantuvo conversaciones con sus homólogos de Uruguay, Ecuador y Paraguay, invitándolos a participar en el próximo foro sobre su fórmula de paz.
Durante la toma de posesión también hubo tiempo para un breve diálogo con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, que se opone a la entrada de Ucrania en la Unión Europea y fue acusado por Kiev de servir a los intereses de Rusia. (ANSA).
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