La estimación de los organizadores fue de 250 mil personas.
La marea humana en el centro de la capital bávara fue solo una, aunque la más numerosa, de las cerca de 90 manifestaciones convocadas el fin de semana para protestar contra la extrema derecha tras la conmoción colectiva que sacude el país desde hace más de diez días, es decir, desde que salió a la luz que representantes de la Afd -Alternativa para Alemania, que en las encuestas es el segundo partido alemán con un 18-24% del consenso y picos del 32-36% en el este (la antigua RDA)- participaron en noviembre en una reunión secreta en la que se habló de "emigración de retorno".
Básicamente, cómo expulsar a millones de extranjeros, incluidos los que tienen pasaporte alemán, pero son de origen no europeo o están mal "asimilados".
La indignación ya había provocado el viernes la disolución de una manifestación contra la extrema derecha y el AfD en Hamburgo, donde la afluencia de al menos 50.000 personas, según la policía (80.000, según los organizadores) había desbordado al servicio la seguridad.
La situación se repitió en Munich, pero al menos en proporciones dobles: la policía calcula que participaron 100.000 personas. El sábado se manifestaron en total 300.000 personas en varias ciudades alemanas, de las cuales 35.000 sólo en Frankfurt y el mismo número en Hannover.
En Erfurt, 9.000 personas salieron a la calle: relativamente pocos, pero es la capital de Turingia, donde el AfD obtiene el 31% de los votos y en septiembre se celebrarán elecciones regionales (así como en Sajonia y Brandeburgo).
Por la noche también se registraron manifestaciones en Berlín (100 mil personas), Colonia (70 mil) y Bremen (45 mil manifestantes).
Al clima de alarma contribuyeron altas instituciones alemanas como el Canciller Olaf Scholz, que advirtió el viernes: "Los extremistas de derechas atacan nuestra democracia".
En un video mensaje, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, definió a los manifestantes personas que "dan valor a todos nosotros" y que "defienden nuestra República y nuestra Constitución de sus enemigos".
Incluso el jefe de la comunidad judía alemana, Josef Schuster, se mostró satisfecho afirmando que "hay una mayoría que comprendió y se opone al AfD". Queda por ver si, y en qué medida, las coloridas manifestaciones de los últimos días provocadas por la reunión secreta celebrada el 25 de noviembre en Potsdam con la participación de una asesora de la colíder de AfD, Alice Weidel, debilitarán el apoyo al partido ultraderechista.
El partido recoge consensos con propuestas y declaraciones contra la inmigración, así como la Unión Europea y la lucha contra el cambio climático. (ANSA).
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