Unión Europea

Embajador: "Los ucranianos están cansados, pero no se rendirán"

Lo dice el diplomático italiano Zazo: "acuerdo con Roma, gran valor político"

El embajador de Italia en Kiev, Pier Francesco Zazo

Redazione Ansa

(ANSA) - ROMA, por Anna Lisa Rapaná - "Están agotados, cansados, exhaustos, pero no desmotivados". El embajador de Italia en Kiev, Pier Francesco Zazo, describe así la situación en Ucrania desde su observatorio especial, dos años después de la invasión rusa a gran escala, en un clima de creciente preocupación por un conflicto al que no se vislumbra un final.
    En este clima, y ;;en un año de particulares incógnitas con diversos acontecimientos electorales en el horizonte (Estados Unidos, Europa y Rusia a la cabeza) que también podrían resultar cruciales para el futuro de Ucrania y de este conflicto, los llamamientos de Kiev a sus socios occidentales van multiplicándose: ayuda militar rápida y confirmación de apoyo económico.
    Algunas de las respuestas son a nivel bilateral, también para Italia, que se prepara para firmar un acuerdo importante con Kiev: se trata de un acuerdo de seguridad, pero cuyo alto valor político y simbólico es subrayado por el embajador.
    "Es un acuerdo importante, no jurídicamente vinculante, pero tiene un fuerte valor político -explica Zazo a ANSA-. En primer lugar, está el compromiso de continuar la asistencia militar, precisamente porque esta agresión representa un ataque a los principios de soberanía y de integridad. Pero son acuerdos (como los firmados con Londres, Berlín y París, NDR) de mayor alcance".
    Del lado italiano, por ejemplo, se subraya el papel protagonista que Roma pretende asumir en la reconstrucción. Y luego está el apoyo a las reformas que permitirán a Ucrania acelerar su integración progresiva en la UE, el desminado, la ayuda humanitaria y la ayuda a Ucrania para avanzar rápidamente hacia la integración en la UE. Y un acercamiento progresivo a la OTAN.
    "Es una etapa importante, un paso adelante en la marcha progresiva de Ucrania hacia la Alianza -destaca Zazo no por casualidad-. No es solo un seguro, sino un compromiso más amplio. Por ejemplo, sanciones, ayuda a las reformas, el principio de responsabilidad, el hecho de que los rusos todavía tengan que pagar los daños".
    Hace dos años la invasión "fue un shock. No podían imaginarse ser atacados por lo que llamaban 'el pueblo hermano', sobre todo los jóvenes se negaban a creerlo, a pesar de que había señales", dice el embajador. "Sin embargo, al shock inicial le siguió una feroz determinación de resistir. Recuerdo cientos de personas en la calle, bajo el frío, con cócteles Molotov: un levantamiento popular inmediato". Y hace un año, cuando "la gente era más optimista, porque mientras tanto se habían producido importantes éxitos militares ucranianos, habían recuperado el 50% de los territorios que habían perdido inicialmente".
    Ahora, dos años después, "hay una decepción palpable porque la contraofensiva, sobre la cual quizás había demasiadas expectativas, no tuvo el éxito esperado. A esto se suma el temor a una creciente retirada por parte de los aliados sobre la provisión de la ayuda militar, que llega tarde, y de la indispensable ayuda financiera para el apoyo presupuestario. La situación americana es especialmente preocupante", describe el diplomático.
    Entonces, qué piden hoy los ucranianos a sus aliados? "A nivel militar, de lo que se quejan es, en primer lugar, de la dramática falta de municiones: hay una desproporción de 1 a 6,5 ;;respecto a los rusos. La segunda prioridad es más artillería de largo alcance, porque eso es lo que les permitiría atacar las bases y también y sobre todo las líneas logísticas, creando grandes problemas para las líneas del frente rusas", apunta Zazo.
    Sin embargo, también a nivel interno se trata de un momento delicado: "La gran reserva de voluntarios disponibles se ha agotado y los ucranianos deben iniciar una nueva movilización.
    Es una medida impopular, pero hay que hacerlo", explica el embajador. Y acota:"No es fácil, claramente tienen que adoptar medidas más restrictivas, bajar la edad, definir quiénes pueden estar exentos del servicio militar porque de todas formas hay sectores económicos que deben avanzar. En definitiva, tienen que encontrar un equilibrio difícil".
    Esta es una de las razones que provocaron fricciones internas y el enfrentamiento entre el ex jefe de las fuerzas armadas Zaluzhny y Zelensky, con el primero destituido de su cargo. El embajador confirma también que "se vislumbran algunas tensiones internas. El desafío para el país es entonces mantener la cohesión -que ha existido y ha sido fundamental hasta ahora- ante la amenaza que continúa, o más bien, que va en aumento" "y creo que lo lograrán", dice el diplomático italiano.
    Mientras tanto, sin embargo, 2024 parece desafiante en términos de relaciones internacionales, con importantes eventos electorales por delante. "Para las elecciones europeas esperan que prevalezcan fuerzas no populistas sino proeuropeas. Pero sobre todo parecen muy preocupados por el desarrollo de las elecciones en Estados Unidos -observa Zazo-. Su profunda convicción es que Putin no tiene ningún interés en cambiar de rumbo, en primer lugar porque sigue negando la identidad de la nacionalidad ucraniana, que también ha logrado reconvertir su aparato industrial a una economía de guerra, será reelegido y temen que refuerce aún más sus fuerzas armadas tras la votación.
    Putin quiere, como dijo recientemente, una Ucrania "desnazificada, desmilitarizada y neutral. Aspira a una guerra de desgaste porque, por un lado, confía en el cansancio creciente de la opinión pública occidental y, por otro, es consciente de que mientras permanezca en guerra, Ucrania no podrá unirse a la OTAN".
    Por eso, los ucranianos "están convencidos de que Putin esperará el resultado de las elecciones estadounidenses" para decidir su próximo paso. (ANSA).
   

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