"Hay quienes quieren bloquear el Pacto sobre la migración", advirtió Johansson, y añadió: "O la Cámara Europea lo aprueba en su totalidad o fallará".
Para la funcionaria europea, las nuevas normas "reducirán las llegadas irregulares" a los países de primera entrada, como Italia, y "aumentarán las repatriaciones".
En resumen, el Pacto funcionará, tanto desde el punto de vista de la protección de las fronteras, como de las personas, de sus derechos.
No obstante, señaló que "hay fuerzas políticas" que trabajan en contra del Pacto y pretenden torpedearlo: porque quieren que la migración siga siendo "una cuestión tóxica que hay que explotar". Johansson -durante una entrevista concedida a ANSA y otras agencias europeas- dijo que "el Pacto sobre Migración es un paquete, no solo políticamente, sino también técnicamente, está todo conectado: si el Parlamento no aprueba todas las piezas legislativas que lo componen, podría fracasar", subrayó.
"Pero no creo que eso suceda. Sería difícil explicar a los ciudadanos europeos, justo antes de las elecciones, por qué después de haber llegado tan lejos votan no".
Al mismo tiempo, Johansson no cree que el crecimiento de la extrema derecha (según las encuestas) vaya a obstaculizar la implementación de las reformas, una vez aprobadas.
"El Pacto cuenta con el apoyo de la gran mayoría de países, las capitales están determinadas y para la Comisión es una prioridad", aseguró.
Tanto es así que las directrices para su implementación, previstas para septiembre, serán publicadas por el ejecutivo de la UE ya en junio, dando así a los 27 países más tiempo para la presentación de planes nacionales individuales.
La transición durará dos años y la Comisión ayudará a "cada Estado miembro", evaluando también las medidas financieras correctas al respecto. Y quienes no cumplan tendrán que afrontar eventualmente "el procedimiento de infracción".
Por supuesto, la aprobación del Pacto no solucionará, según la funcionaria de la UE, los problemas como por arte de magia.
"La migración siempre estará con nosotros, las proyecciones lo dicen", advirtió el comisario sueco.
Por lo tanto, las reformas deben ir acompañadas de otras medidas, en particular, en el ámbito de la dimensión exterior, estipulando acuerdos con terceros países de origen y tránsito.
"Debemos limitar las salidas y construir vías de migración legal, que son una responsabilidad nacional, pero espero -esperamos- que podamos actuar más con un enfoque de 'Equipo Europa'. Entonces, será crucial enfrentarse a los traficantes de personas, que son fuertes y organizados, y hará falta valor".
Sin embargo, si todo va bien, Europa podrá afrontar los desafíos del futuro con herramientas más modernas, que finalmente encuentren un equilibrio entre el principio de responsabilidad y solidaridad. El mecanismo identificado para remediar los estados de crisis, que prevé una cuota de 30.000 reubicaciones y 600 millones en contribuciones, sirve para evitar "empezar de cero" y tranquilizar a los países.
"El Pacto ofrece una especie de seguro, la Comisión está ahí, ya nadie está solo", prosiguió.
Sin embargo, el acuerdo no brinda certezas acerca del futuro.
"El Pacto no puede predecir cómo evolucionará el mundo: el golpe de Estado en Níger me preocupa mucho, podría conducir a más inmigrantes por caminos peligrosos", sostuvo.
Pero, mientras tanto, se están estableciendo algunos límites.
"Creo que los ciudadanos europeos quieren que se ayude a las personas que huyen de la guerra y la persecución", consideró.
"Además, somos una sociedad que envejece y necesitamos una migración legal. Pero aquellos que no tienen derecho a quedarse deben ser repatriados", completó. (ANSA).
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