Carla Bruni está sospechada de explotación de la corrupción de testigos y participación y asociación para delinquir con fines de estafa a la justicia.
A la esposa del expresidente de la República fueron impuestas medidas de vigilancia como la prohibición de entrar en contacto con todos los protagonistas del caso, a excepción de su marido. En el complicado tema, Bruni fue puesta bajo condición de testigo informado por el delito de asociación para delinquir con fines de corromper al personal judicial en otro Estado, en el Líbano.
La operación para "aclarar" el papel del expresidente en el asunto era el objetivo de una auténtica operación de comunicación, puntualizaron los jueces El operativo se llamaba "Sauver Sarko" (Salvar a Sarko), nombre en código que en 2020 indicaba a la organización dirigida a minimizar las responsabilidades del exmandatario en el asunto de la financiación libia, por la que comparecerá en un tribunal en enero de 2025.
Objetivo número uno era obtener de Ziad Takieddine, principal acusador de Sarko, una retractación de las acusaciones. Primero en los medios -con una entrevista en Paris Match y una declaración a BFM TV- luego ante un escribano encargado de entregar un documento oficial a la justicia francesa.
Ziad Takieddine debía recibir generosamente por retractarse de las imputaciones unos 600.000 euros. De la investigación surgió el rol central en la organización de Mimi Marchand, protagonista popular de la prensa del corazón francesa, muy amiga de Carla Bruni.
La indagación está orientada sobre la ex primera dama y la policía obtuvo indicios importantes que hacen pensar que también ella colaboró con Mimi Marchand para intentar "salvar a Sarko".
A las preguntas de los investigadores acerca del motivo que la indujo a realizar numerosas visitas a la casa de Nicolas Sarkozy en la época de los hechos, Mimi Marchand respondió que el motivo fue solamente visitar a su amiga Carla Bruni.
Sin embargo, los investigadores sospecharon inmediatamente que Bruni tenía "voluntad de ocultar" estos contactos, ya que borró todos los mensajes con Marchand de la memoria de su teléfono móvil el 5 de junio de 2021, día en que le comunicó a esta última su participación en la investigación. Bruni, por tanto, sería sospechosa de haber desempeñado un papel de contacto entre varios protagonistas de los hechos.
El asunto central concierne a la retractación de Takieddine en noviembre de 2020. Era el principal testigo de cargo de Sarkozy desde 2012 sobre la investigación relativa a los financiamientos libios pero, imprevistamente, fue protagonista de un clamoroso viraje, también ante las telecámaras. Declaró que el ex jefe de Estado no había "recibido ni un céntimo, en efectivo o no efectivo, para las elecciones presidenciales" de 2007 por parte del entonces líder libio Muammar Kadafi. Unas semanas más tarde, volvió a cambiar su versión, desmintiendo la retractación. (ANSA).
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