Lejos de los reflectores y de la vida política, la excanciller alemana Angela Merkel cumple mañana miércoles 70 años.
En ocasión de su aniversario, ya se sabe que la política alemana dejó a otros el balance de su trabajo político, pero aquél personal lo hizo ella misma y lo presentará en 700 páginas de memorias, escritas de su puño y letra, en noviembre próximo.
"Un modelo y una marca registrada de la democracia", la definió el presidente Frank-Walter Steinmeier, confirmando que fueron ante todo sus adversarios quienes la apreciaron plenamente.
"Lo particular de este jubileo es que sus 70 años se pueden dividir exactamente en dos mitades -observó también el jefe de Estado- los primeros 35 años vividos hasta la caída del muro (de Berlín), y los segundos 35 en la ansiada libertad".
Y además "para ella siempre ha sido importante resaltar el valor de la libertad y el valor de una sociedad ilustrada".
Después de 16 años al frente del país, Merkel es una líder respetada, aunque no faltan las duras críticas a la acción política de la canciller, responsable de algunas de las graves dificultades que tuvo que atravesar el país inmediatamente después de sus mandatos.
Por ejemplo, son muchos los que consideran que Merkel fue demasiado imprudente con los inmigrantes, a los que les abrió las puertas en 2015, "una decisión arriesgada pero moralmente correcta", según supo decir el expresidente estadounidense, Barack Obama.
También recibió críticas por haber sido blanda con el presidente ruso, Vladimir Putin, y también liviana con el Nord Stream 2 (el gasoducto de gas natural construido en alta mar desde Rusia hacia Alemania), a pesar de que los socialdemócratas querían el proyecto a toda costa.
Además, se le cuestionó haber sido demasiado conciliadora al inicio del conflicto ucraniano, allá por 2014.
Cuando Merkel hablaba ruso con Putin repetía, cada día, que "no hay otro camino que el diplomático" para enfrentarse a Moscú.
Hoy en día no faltan los golpes, especialmente de su partido, la CDU de Friedrich Merz, del que parece haberse distanciado por completo.
Merz, expresión del ala más conservadora de la Democracia Cristiana alemana y que ya está en camino para lanzarse a convertirse en canciller, evitó recientemente cualquier comentario: "La historia será quien juzgue", afirmó durante la entrevista de verano.
Sin embargo, las relaciones con la rival de su vida están en orden: "Para su cumpleaños ya le escribí una carta y lo celebraremos en septiembre con un simposio científico".
Un tono decididamente más afectuoso se vio en la casa de los halcones bávaros, con Markus Soeder, que envió "su cordial saludo a la personalidad política viva más importante de Alemania", recordando la colaboración durante la pandemia.
La distancia entre la nueva dirección democristiana y la "chica" de Kohl, no podría ser más evidente.
Ausente incluso de las conferencias, recientemente fue instada a participar nuevamente por el ex candidato Armin Laschet, que recogió su legado y perdió en las urnas.
Solo el tiempo dirá si la canciller fuera de servicio quiere desempeñar su nuevo papel y, al mismo tiempo, permanecer al margen.
Mientras tanto, en su cumpleaños, amigos y menos amigos la recuerdan.
Por ejemplo, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, la "añora", porque conocía a los rusos y quería aislar el conflicto ucraniano en lugar de internacionalizarlo, según le dijo a Bild.
En tanto, un antiguo documental emitido en la televisión ha dado voz a quienes trabajaron con ella: "Ambos somos outsiders y tenemos el mismo temperamento", afirmó Barack Obama, volviendo al alivio de que Merkel estuviera allí para contrarrestar la llegada de Donald Trump, asegurando la estabilidad en Occidente.
"Podrá recordar una carrera impresionante", dijo finalmente Olaf Scholz, el líder que más la imita en sus modales concisos.
Y si los alemanes la ven poco con el canciller, el contacto es "constante". (ANSA).
Ángela Merkel cumple 70 años, un "modelo para la democracia"
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