(ANSA) - PARIS, 22 LUG - Oda a Italia - con la mano extendida
en señal de admiración por Sergio Mattarella - de Emmanuel
Macron y su esposa Brigitte, cuatro días antes del inicio de los
Juegos Olímpicos de París 2024.
Recibiendo a la prensa internacional en el Eliseo, después
de visitar por la mañana la villa olímpica. En Saint-Denis,
llamada a acoger a casi 14. 500 personas en el momento álgido de
los Juegos, entre ellos 9. 000 atletas, el presidente y la
primera dama de Francia se detuvieron para charlar con algunos
periodistas italianos, entre ellos el corresponsal de ANSA, en
los jardines del palacio presidencial, en el número 55 de la Rue
du Faubourg Saint-Honoré.
Una oportunidad, para el líder francés entre los principales
artífices del Tratado del Quirinal firmado junto con Mario
Draghi el 26 de noviembre de 2021 en Roma, para reafirmar las
profundas relaciones que unen Francia e Italia, así como la
estima y la amistad que lo une personalmente al presidente,
Sergio Mattarella.
El mandatario itailano es esperado en los próximos días en
la capital de Francia para inaugurar "Casa Italia", la futura
sede de los atletas azzurri durante la XXXIII/a Olimpiada, así
como para participar en la gran ceremonia de apertura del 26 de
julio en el Senna.
Consultado Macron sobre si verá al presidente de la
República en la inauguración de los Juegos?, el jefe del Eliseo
respondió: "Sí, Mattarella vendrá, lo admiro mucho, nuestros dos
sistemas son diferentes, pero con Italia hay una amistad que me
inspira mucho", declaró haciendo referencia, no demasiado
velada, al actual impasse político surgido en Francia después de
las elecciones parlamentarias anticipadas del pasado 30 de junio
y del 7 de julio.
En una Quinta República Francesa históricamente poco
propensa a los amplios acuerdos, nunca como en las últimas
semanas la mirada de París se dirige a las dos hermanas de
Europa, Italia y Alemania, para inspirarse, al menos en parte,
en su arte del compromiso político, o incluso en un gobierno
técnico evocado por muchos comentaristas de radio y televisión.
Aunque, al parecer, los nudos políticos que pesan actualmente
sobre la République parecen haberse aplazado hasta después de
los Juegos Olímpicos.
Al visitar la villa olímpica por la mañana, Macron pidió una
"celebración deportiva", así como una "tregua olímpica y
política", en un contexto de guerras internacionales (empezando
por Ucrania y Gaza) y de crisis política interna, tras la
derrota del bando presidencial en las elecciones de la UE del
pasado 9 de junio y el posterior impasse en el parlamento.
Para Macron, a pesar de todo, ahora "son los Juegos los que
estarán en el centro de la vida del país y el mundo estará en
Francia gracias a ellos".
Sin embargo, el líder transalpino no precisó si esto implica
que no nombrará un nuevo primer ministro antes de que finalicen
los Juegos Olímpicos, aunque muchos piensan que a estas alturas
es así.
Por el momento, es el gobierno saliente del primer ministro
Gabriel Attal el que gestiona los asuntos actuales, incluidos
los Juegos Olímpicos.
Hablando a un nivel más personal, Brigitte Macron había
declarado poco antes a ANSA que ella y su marido sienten "un
gran amor por Italia".
"Después de Francia, es nuestro segundo país del corazón",
afirmó la Primera Dama, evocando en particular las ciudades de
Roma y Nápoles. "Roma es mi ciudad favorita, Emmanuel adora
Nápoles".
Vestida de claro, en los jardines del Eliseo, junto a su
perro Nemo y alrededor de 500 invitados de la prensa
internacional de los cuatro rincones del planeta, Brigitte
recordó que ambos se conocieron mientras preparaban una pieza
teatral de Eduardo De Filippo, "El arte de la comedia", que
-precisó- "también reescribimos juntos hace mucho tiempo...".
Cuando Macron aún era estudiante y ella era profesora de
literatura y teatro francés en Amiens, en el norte de Francia.
Poco después, el propio presidente se unió al grupo
franco-italiano, sonriendo, bajo el sol de verano.
Junto a su esposa, Macron contó, entre otras cosas, la vez
que fue al Teatro De Filippo, en Nápoles, junto con Brigitte y
rindió homenaje al napolitano, "una lengua increíble", afirmó.
Cuando se le preguntó si conocía alguna expresión
napolitana, primero respondió "no, soy incapaz...", luego,
sonriendo, mencionó sorprendentemente el "café suspendido", la
antigua tradición que consiste en dejar un segundo café pagado a
los más necesitados, en los bares y cafés de Nápoles.
Los Macron evocaron también una estancia "inolvidable" en un
hotel situado cerca de Vomero, no lejos de la Certosa di San
Martino, con una vista impresionante del golfo, mundialmente
reconocido como uno de los más bellos del mundo.
Durante el largo intercambio informal con los periodistas
italianos también se evocó el histórico hermanamiento que une
las capitales de los dos países fundadores de la Unión Europea
desde 1956, con el lema ''Solo París es digno de Roma. Solo Roma
es digna de París''. (ANSA).
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Brigitte Macron: "Roma es mi ciudad favorita, Emmanuel adora Nápoles"
El presidente en villa olímpica: Amo Nápoles y el café suspendido.