Unión Europea

Scholz no afloja, "nosotros decidimos quién entra"

Orban: "Bienvenido al club". Pelea entre el canciller y la CDU

Redazione Ansa

(ANSA) - BRUSELAS, 12 SET - El canciller alemán, Olaf Scholz resaltó hoy la importancia de la migración para la mejora de la economía alemana, pero defendió enérgicamente la política de acogida de su gobierno de coalición, el cual será el que decida quién entra al país con la instauración de más controles en todas sus fronteras.
    Es por eso que Berlín quiere elegir, no solo ser elegido.
    Los llamamientos de la Unión Europea (UE) a favor de la libre circulación y el coro de voces contrarias de los países vecinos no hacen retroceder a Scholz.
    El canciller, asediado por los rivales demócrata-cristianos y atormentado por la ola negra de Alternative fuer Deutschland (AfD), defiende la nueva línea dura sobre la política migratoria emprendida con el refuerzo de los controles en todas las fronteras interiores durante al menos seis meses y la aceleración de las repatriaciones.
    Alemania sigue siendo, en las garantías ofrecidas al Bundestag, "un país que da protección". Pero frente a los ataques islamistas, las amenazas criminales y los problemas de bienestar, "eso no significa que cualquiera pueda entrar".
    Una línea roja trazada por el canciller también para no sucumbir a los golpes del adversario de la CDU, Friedrich Merz, quien -aunque superado por la derecha por AfD- de la cuestión migratoria ha hecho su caballo de batalla para arrebatar a la socialdemocracia de Scholz el feudo de Brandeburgo en las elecciones del 22 de septiembre.
    Fracasó al principio el intento de campo amplio sobre el tema, el enfrentamiento ante los diputados entre la mayoría semáforo del Bundeskanzler y la CDU-Csu fue sin exclusiones de golpes.
    La política migratoria no se resuelve "con una entrevista en Bild an Sonntag", atacó Scholz en respuesta a las críticas de "inmovilidad" recibidas después del fracaso de la cumbre abandonada por la oposición que, empeñada en pedir rechazos de plano -contrarios a las directivas de la UE e internacionales- lo acusó de "medidas insuficientes" para hacer frente a la emergencia que estalló a finales de agosto con la masacre de Solingen a manos de un sirio.
    La apertura al mundo "está escrita en nuestra Constitución y no la cuestionamos", subrayó el canciller, reivindicando la rectitud de la acción de su mayoría -aunque no compacta dentro de ella- que "puso fin a la inercia" de los políticos conservadores.
    Una flecha dirigida también a Angela Merkel: en 2015, mientras los refugiados de Siria llegaban a Europa, fue ella la que abrió las puertas de la mayor economía del continente con la famosa exclamación "¡Wirchaffen das!" ("lo lograremos!").
    Ahora, para lograrlo, Berlín apunta a mantener los controles el mayor tiempo posible (incluso dos años) y expulsar a los migrantes que llegan a través de otro país y que deberían haber solicitado asilo allí.
    Medidas de emergencia que -con el avance de las fuerzas populistas y de ultraderecha- corren el riesgo de inaugurar el fin de Schengen.
    "¡Canciller Scholz, bienvenido al club!", fue el comentario irónico del primer ministro húngaro, Viktor Orban, orgulloso líder de los 27 de la política de cero inmigrantes y fronteras blindadas.
    La Comisión Europea teme el efecto dominó: empezando por Austria, donde se vota a finales de mes y las encuestas ven a la extrema derecha del Fpoe en ventaja.
    Para protegerse, el grupo de trabajo de la UE sobre Schengen se reunirá a nivel técnico el viernes. Y algunas capitales esperan "aclaraciones" de Berlín.
    Sin embargo, con la orden pendiente y Ursula von der Leyen comprometida en las delicadas negociaciones para formar el equipo de su bis, ni siquiera el Palacio Berlaymont parece querer exponerse demasiado.
    La línea sigue siendo aquella de la "coordinación" para implementar el nuevo Pacto sobre Asilo y Migración.
    Ese acuerdo histórico, que la misma exministra alemana había presentado en plena campaña electoral con el apoyo de Merz y su Partido Popular Europeo, "no representa el final de la reflexión sobre los instrumentos a nuestra disposición".
    Entre los del futuro, también podría estar el modelo Ruanda (o Albania) con la externalización de las solicitudes de asilo, apoyado también por el alma liberal de la coalición semáforo de Scholz. (ANSA).
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