Por lo tanto, Budapest tiene la intención de continuar la investigación sobre el presunto ataque de la activista italiana contra militantes de la extrema derecha húngara, solicitando que se le retire su escudo de protección parlamentaria y exponiéndola así al riesgo de regresar a las prisiones húngaras donde estuvo detenida durante 15 meses antes de ganar las elecciones en Europa y obtener la liberación.
La presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, anunció que había recibido la solicitud de Budapest en plena sesión plenaria en Estrasburgo.
"No es casualidad que la petición al Parlamento se haya producido el 10 de octubre, el día después de mi intervención en la Cámara", comentó inmediatamente la ex docente de Monza, recordando su primer cara a cara con Orban, que se desarrolló sin restricciones hace semanas, justo entre los escritorios de la sede de la Eurocámara en la ciudad alsaciana.
"Los tiranos luchan por digerir las críticas", atacó la eurodiputada en un largo post en las redes sociales, acusando a Hungría de "no tener las condiciones mínimas para que se lleve a cabo un juicio justo, ni para mí ni para ningún oponente político, y mucho menos si es antifascista". Y apeló al Parlamento Europeo a "defender el Estado de derecho y los derechos humanos".
La respuesta de Budapest no se hizo esperar. "El hecho de que usted se comporte como una víctima no solo es desconcertante, sino también absolutamente repugnante. No fue arrestada por sus opiniones políticas, fue arrestada y juzgada por casos de agresión armada contra húngaros inocentes", tronó al portavoz del Parlamento húngaro. Zoltan Kovacs, calificándola de "criminal común" y no de "mártir".
Un choque que se extendió también a la mayoría y a la oposición.
"Las víctimas de la agresión merecen justicia y es justo permitirles comprender, mediante un juicio justo, lo que realmente ocurrió", interrumpió la eurodiputada de la Liga Norte, Susanna Ceccardi.
Mientras que en el frente opuesto -además de los dirigentes de Avs, Nicola Fratoianni y Angelo Bonelli- el demócrata Pierfrancesco Maran también defendió a la italiana anunciando su voluntad de "votar por ella para que permanezca libre frente a otra persecución de Orban".
E incluso dentro de las filas de la política húngara, el frente anti-Orban, liderado por la socialista Klara Dobrev y el popular Peter Magyar, reivindicaron la actuación "mucho más rigurosa y democrática" del Parlamento Europeo en comparación con la de las autoridades húngaras.
La solicitud de suspensión de inmunidad acabará ahora sobre la mesa de la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Eurocámara. El proceso podría durar algunos meses, como ocurrió con los eurodiputados implicados en el Qatargate.
"En ese caso -subrayaron fuentes parlamentarias- hubo, sin embargo, presiones de todo el Parlamento para proceder rápidamente", mientras que en el caso de Salis "los eurodiputados podrían decidir actuar con más calma, tomando todas las precauciones necesarias".
Empero, el primer paso se dará en la primera semana de noviembre, cuando la comisión deberá elegir a qué eurodiputado confiará la redacción del informe sobre el asunto Salis.
Luego comenzará el examen de todos los documentos presentados por las autoridades húngaras y se decidirá si se organiza una comparescencia de la eurodiputada. Solo entonces la solicitud deberá pasar la doble votación de la comisión y del pleno: muy probablemente a principios de 2025. (ANSA).
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