De los primeros resultados publicados por las encuestas de boca de urna, emergen nuevas dificultades para la formación de un gobierno estable, con un Parlamento cada vez más fragmentado.
Muchos analistas y observadores creen que la votación de hoy no resolvió en absoluto la crisis política ya crónica en Bulgaria.
Se confirman las predicciones de una clara victoria del GERB, cuyo líder Borisov gobernó Bulgaria durante casi diez años.
Según las encuestas de boca de urna de Gallup, el GERB obtendría el 25,2% de los votos, por detrás de la segunda fuerza política, el partido liberal "Continuemos el cambio" (PP, 15,7% de los votos), sobre la cresta de la ola en los años pasados como el principal antagonista de GERB.
El partido nacionalista Vazrazhdane ('Renacimiento') avanza y, desde el cuarto lugar en las anteriores elecciones de junio, pasaría ahora al tercer puesto con el 14,1% de los votos.
Le siguen otras seis formaciones políticas -entre ellas socialistas, la minoría turca y populistas- cuyos porcentajes oscilan entre el 8% y el 4% de los votos, el umbral que hay que superar para acceder al Parlamento.
Con los números en la mano, los búlgaros envían al Parlamento prácticamente las mismas fuerzas políticas que en la legislación anterior aunque con diferente número de escaños y con la incorporación de dos pequeños nuevos partidos populistas: 'Velicie' ('Grandeza') y 'Mec' ( acrónimo de 'Moral, Unidad, Honor'). El GERB de Borissov ganó regularmente varias elecciones parlamentarias anticipadas, pero nunca pudo formar un gobierno estable.
"Haremos todos los compromisos necesarios para tener un gobierno estable esta vez", prometió Borisov durante la campaña electoral.
Se vislumbra en estas palabras su intención de formar una coalición euroatlántica, recurriendo también a sus adversarios como los liberales del PP, los populistas del ITN ("Hay un pueblo así") y, por qué no, incluso los socialistas, cueste lo que cueste.
Considerando que Bulgaria es un país estratégico en el flanco oriental de la OTAN, cualquier ejecutivo leal a la Alianza estaría bien, señalaron varios observadores.
La participación electoral hoy fue muy baja, lo que demuestra la creciente desconfianza de los votantes en la política y el cansancio de las elecciones continuas, que, según las encuestas de boca de urna de varias agencias, osciló entre el 33% y el 38% de los electores, no muy distante del 34% del voto de junio pasado, mínimo histórico desde la caída del comunismo en el país balcánico. (ANSA).
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