El ejército se incorporó hoy a las tareas de búsqueda de los desaparecidos con 500 efectivos que se unen a los 1.
La magnitud de la tragedia todavía es difícil de calcular y la cifra de fallecidos es provisional porque "hay lugares en los que hay vehículos que están unos encima de otros, con personas, familias, que pueden estar dentro", dijo la ministra de Defensa, Margarita Robles.
También se buscan personas que pudieran estar en sótanos o plantas bajas y se trabaja en abrir carreteras para permitir el transporte de alimentos y agua a algunas poblaciones de la provincia de Valencia que están "absolutamente aisladas", apuntó.
El alcalde de Sedaví, una de las localidades aisladas, José Francisco Cabanes, lanzó un llamado de auxilio: "La prioridad ahora es retirar los cadáveres y limpiar las calles para evitar infecciones y enfermedades".
Se calcula que hay 360.000 vecinos sin agua potable y 78.000 sin luz en la provincia de Valencia.
Una veintena de camiones cisterna trabajan en el abastecimiento de agua en las poblaciones afectadas.
La ONG Open Arms llevó a dos de las localidades más afectadas, Paiporta y Utiel, generadores y bombas de achique de agua.
Ayuntamientos de algunos municipios pidieron que se cuelgue una sábana blanca en los balcones de las casas para que se sepa que allí hay una persona mayor, enferma o dependiente que necesita ayuda.
La Feria de Valencia ya está recibiendo cuerpos de las víctimas mortales antes de ser entregados a las funerarias.
El temor a un posible desabastecimiento ha dejado vacías las estanterías de muchos supermercados de la zona.
Y el número de detenidos por pillaje en tiendas tras las lluvias asciende ya a 64 personas.
Mientras, miles de personas llevan a pie desde la ciudad de Valencia alimentos de primera necesidad, así como cubos y fregonas, a las zonas afectadas. La emergencia meteorológica "no ha terminado", avisó el premier, Pedro Sánchez, pues se prevén lluvias en Valencia en los próximos días. (ANSA).
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