Y a partir de ahora, gran parte del destino del candidato italiano no dependerá de él.
El juego de vetos mutuos, con Fitto y Teresa Ribera como elementos más atacados, hizo que las audiencias fueran casi superfluas. El verdadero problema está en otra parte. Está sobre la mesa de Ursula von der Leyen, llamada a correr contra el tiempo para poder tener una Comisión operativa el 1 de diciembre.
El Súper Martes de las audiencias de los comisarios -además de Fitto y Ribera, fueron examinados la popular Henna Virkkunen, los liberales Kaja Kallas y Stéphane Sejourné y la socialista Roxana Minzatu- terminó así en un punto muerto.
Ya a primera hora quedó claro que el PPE, los Socialistas y Renew no votarían ni con el quórum de 2/3 de la comisión parlamentaria competente ni con la mayoría simple de los diputados, esperada en la tercera votación. No le habría convenido a nadie. Con mayoría simple, Fitto habría pasado gracias al sí del ECR, de los Patriots e incluso del ultraderechista AfD, una hipótesis muy incómoda para von der Leyen y ahora también para el líder del PPE, Manfred Weber, de cara a las próximas elecciones. en Alemania.
Por otro lado, la socialista Ribera no estaba segura de pasar ni siquiera con mayoría simple. Y su audición lo demostró.
"A ella le correspondía evitar la tragedia de Valencia. Debería acudir a los tribunales", atacaron tanto Vox como el Partido Popular.
En el PPE, los españoles querrían posponer el sí a Ribera hasta después de su audiencia en el Parlamento Ibérico el 20 de noviembre. Weber tiene entonces otro nudo que desatar: con la victoria de Donald Trump y la inminente caída del gobierno alemán, el juego de mayorías variables concebido inicialmente con el apoyo de ECR, pero también de los Patriots ya no es practicable, porque sería inmediatamente tomado por los socialistas.
Está previsto que los líderes del grupo se reúnan nuevamente el jueves y es posible que Von der Leyen se encuentre con los líderes de su mayoría. Pero ya durante las audiencias, el presidente de la Comisión hizo una parada en la Eurocámara donde se reunió con la líder del grupo socialista, Iratxe García Pérez, y con la líder del grupo liberal, Valerie Hayer.
Se fue poco después, todavía sin un punto de caída acordado.
Al sentir el estancamiento, Fdi actuó de inmediato y aseguró que, con Fitto en el equipo, la nueva Comisión von der Leyen votará en el Plenario, ingresando efectivamente a la mayoría.
Luego, por la noche, intervino Giorgia Meloni.
Con un objetivo: arañar el no de los socialistas a la vicepresidencia en Fitto liderada por alemanes y franceses, in primis. "Me parece inconcebible que algunos miembros del Partido Democrático pidan ahora quitarle a Fitto la vicepresidencia ejecutiva. Me gustaría saber de Elly Schlein si ésta es su posición oficial: quitarle a Italia un puesto de liderazgo para poner los intereses de su partido por encima de los intereses colectivos", atacó la primera ministra.
En realidad, en el Partido Democrátic aclararon que el problema no es la competencia de Fitto sino el papel superior confiado a un miembro de ECR. Una gran parte de los eurodiputados democráticos valoraron positivamente la audiencia de Fitto.
El ministro, durante más de tres horas, se desmarcó de cualquier posición soberanista. Admitió que, a pesar de lo que hizo cuando estaba en el PE, hoy habría votado sí al Next Generation UE. "Aquí no represento a un partido ni a Italia, sino a Europa", declaró Fitto, afirmando haber trabajado siempre por una Unión más fuerte.
"Su experiencia le valió el reconocimiento de muchos presentes", comentó Meloni. Pero el juego no ha terminado.
En el PE plantearon la hipótesis de que el Día D podría incluso ser el lunes. Dependerá de von der Leyen encontrar una solución. Según algunos, con una declaración escrita que blinde a la mayoría europeísta. Según otros, se trata de una ligera reorganización de las delegaciones. Sin embargo, nadie sabe si será suficiente. (ANSA).
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