(ANSA) - BRUSELAS, 21 NOV - Por Valentina Brini - Ursula von der Leyen volvió a ganar. El fuego cruzado en torno a su nueva Comisión 2.
El acuerdo político se formalizará en el pleno del Parlamento Europeo del próximo 27 de noviembre con una votación abierta que, ante la probable deserción de los Verdes, esta vez contará también con los votos de los Hermanos de Italia (FdI - Fratelli d'Italia).
El nombramiento de Fitto "es una victoria de todos los italianos, no del Gobierno ni de una fuerza política", exultó la primera ministra, Giorgia Meloni, reivindicando "la centralidad del país" obtenida con la vicepresidencia.
Se hizo eco de estas palabras el viceprimer ministro Antonio Tajani, que inmediatamente deseó a su colega de Gobierno lo mejor en su trabajo, con la convicción de que "sabrá sacar el máximo partido de la contribución de Italia a la gobernanza europea".
Superadas incluso las últimas escaramuzas (que mantuvieron en jaque el acuerdo durante toda la tarde), sobre la cláusula que quería el Parlamento Popular Europeo (PPE) para obligar a la española a dimitir en caso de acusaciones formales de la justicia ibérica sobre la gestión de las inundaciones en su país, al final las almas de la mayoría Urusula concedieron su favor.
Aunque con una distinción no vinculante contenida en una adenda: socialistas y liberales "no aprueban la elección" de la alemana "de asignar a Fitto el cargo de vicepresidente" y exigen que sea "independiente de su Gobierno nacional".
Sin embargo, los Verdes, que en julio habían sido decisivos para devolver Europa a manos alemanas, estaban en cualquier caso en contra de la alianza. "Ahora la mayoría es inestable", advirtieron.
La fumata blanca entre los coordinadores de todos los grupos de la Eurocámara llegó a las 22:50 (hora local), sellando un doloroso pacto de coalición del PPE, S&D y Renew, fruto de otra ronda de apretadas negociaciones.
Un acuerdo de nueve puntos para que Europa no se haga el harakiri ante unos equilibrios geopolíticos destinados a cambiar con el regreso de Donald Trump.
Al comienzo de la jornada en Bruselas, todas las miradas estaban puestas en el parlamento madrileño, teatro de la audiencia de la verdad para Ribera.
Acusada por el Partido popular de ser "una ministra a la fuga", la vicepresidenta se defendió con ahínco, asegurando que había trabajado "desde el primer minuto para resolver necesidades y urgencias" y devolviendo al remitente las acusaciones de mala gestión. A continuación, un mensaje sobre el futuro: La respuesta al cambio climático no es el fanatismo".
Argumentos que irritaron aún más a los opositores de centroderecha y llevaron a toda la familia popular a la advertencia final: si Ribera termina siendo investigada, tendrá que abandonar su escaño en el Palacio Berlyamont.
Sin embargo, la redacción de la cláusula suscitó dudas jurídicas que, por la tarde, mantuvieron la votación en jaque.
Las reservas sobre Fitto entre los socialistas de Iratxe García Pérez fueron hasta el final especulativas, alimentadas por la oposición de las delegaciones francesa, alemana y holandesa.
Una distinción criticada por los principales exponentes de Hermanos de Italia (Fratelli d'Italia -FdI) en el Parlamento Europeo, Nicola Procaccini y Carlo Fidanza, quienes, celebrando "el acontecimiento histórico" y anunciando el sí de los melonianos en el Pleno, reiteraron que "no hay una mayoría Ursula", pidiendo al Partido Democrático (PD) se distanciará de la posición de los socialistas. Y von der Leyen también podría contar con el apoyo de algunas otras delegaciones conservadoras del ECR, que tendrán libertad para votar.
El texto de coalición acordado por el PPE, el Grupo S&D y Renew no traza líneas rojas, sino que simplemente reafirma la colaboración entre todas las familias políticas "pro UE, pro Estado de derecho y pro Ucrania".
Un dicho que se convirtió en un mantra para la líder alemana desde la campaña electoral.
Ningún cambio de expediente ni de rango para Fitto y Ribera: el único comisario debilitado será el leal a Viktor Orban, Oliver Varhelyi, que verá las insignias sobre derechos reproductivos, salud mental, gestión de pandemias y resistencia a los antimicrobianos.
La delegación de la socialista Roxana Minzatu, sin embargo, amplió los derechos sociales y el trabajo de calidad. Ultima parada, 27 de noviembre. Entonces la Comisión podrá marcharse, pero las tensiones en el seno de la mayoría están destinadas a durar mucho tiempo. (ANSA).
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