Alemania, Holanda y otros países han despenalizado la prostitución durante años, pero nunca antes nadie había creado un contrato ad hoc.
Gracias a la ley, aprobada en mayo y que entró en vigor el domingo, todos los trabajadores del sector pueden acceder a la asistencia sanitaria estatal, disfrutar de la baja por maternidad, tener derecho a días de enfermedad remunerados y a cotizaciones a la pensión. Además, también existe protección contra el riesgo de despido sin previo aviso. Básicamente, su negocio está regulado como cualquier otro trabajo.
La disposición, sin embargo, establece que quienes quieran contratar trabajadoras sexuales deben tener una especie de licencia especial, que sólo puede obtenerse cumpliendo condiciones absolutamente rigurosas. Por ejemplo, no debe haber sido condenado por delitos graves como homicidio, trata de personas, robo o fraude.
De lo contrario, si continúa empleando prostitutas, podrá ser procesado penalmente por explotación de la prostitución.
También debe garantizar un entorno de trabajo seguro. Por ejemplo, debe haber un botón de alarma disponible en la sala para avisar a "un asesor de confianza", como marca la ley, y si el trabajo se realiza en la calle el trabajador debe disponer de un botón de alarma móvil. Además, según esta ley, las prostitutas también tienen derecho a rechazar una pareja sexual o actos sexuales específicos o a detener ellas mismas los actos; o hacerlos pero sólo en sus propios términos.
Requisitos claros para el empleador, pero también para los trabajadores: para poder firmar el contrato se debe ser mayor de edad, no se puede trabajar en este sector si se es predominantemente estudiante y también se excluye el trabajo flexible u ocasional. En cuanto a los aranceles, también se les aplican las normas establecidas por la legislación laboral belga que establece estándares mínimos que los distinguen de la explotación.
La exigencia de regulación del sector surgió en tiempos de Covid: "Todo empezó durante el primer confinamiento", explicó Daan Bauwens, presidente del sindicato belga de trabajadoras sexuales Utsopi.
"Todos los sectores tuvieron que ser cerrados y todos tenían derecho a una compensación del gobierno. Todos excepto el sector del trabajo sexual", señaló.
Por eso ahora su satisfacción es grande: "Nunca hubiéramos imaginado este resultado", expresó.
Una conocida escort belga, Mel Meliciousss, también recibió con satisfacción esta noticia: "Sabemos que no todo irá bien desde el primer día, seamos realistas. Pero es un gran paso adelante. Los malos empleadores serán eliminados del mercado y eso es todo lo que queremos." Elogios también a nivel internacional: "Se trata de un paso radical, el mejor que hemos visto hasta ahora en el mundo", dijo a la BBC Erin Kilbride, investigadora de Human Rights Watch.
(ANSA).
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