El escenario es analizado el semanario estadounidense Newsweek, que propone mapas en los que indica los posibles nuevos frentes, en el caso de que en los próximos años se produjera un choque directo entre la OTAN y Moscú.
Newsweek recuerda que el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ya había planteado esta perspectiva en junio, afirmando en una entrevista que Putin "podría incluso atacar a un país de la OTAN".
Pistorius, en el Parlamento, lanzó entonces un llamamiento para equiparse para "estar preparados para una guerra en 2029".
Más allá de Berlín, el flanco oriental de la OTAN y sus nuevos miembros son los que más expresan sus preocupaciones sobre las potenciales ambiciones imperiales de Putin más allá de Ucrania. El ministro de Defensa Civil sueco, Carl-Oskar Bohlin, afirmó que "la guerra podría llegar a Suecia" el mismo día en que el comandante de las fuerzas armadas, Micael Byden, advirtió a los suecos que se "prepararan mentalmente" para el conflicto.
Entre los posibles frentes se identifican los siguientes: la larguísima frontera terrestre, de 1.300 kilómetros, entre Rusia y Finlandia; las fronteras terrestres de Estonia y Letonia y el corredor de Suwałki que conduce al semiexclave ruso de Kaliningrado en el Mar Báltico.
Pero las fronteras de Bielorrusia también podrían convertirse en zonas conflictivas si Minsk se convierte en cobeligerante. Al sureste, la influencia de Rusia en la región separatista de Abjasia en Georgia podría complicar las cosas para Turquía.
Según el teniente general Jurgen-Joachim von Sandrart, ex jefe del multinacional Cuerpo Nororiental de la OTAN, Moscú tiene "varias opciones" para poner a prueba la cohesión de la Alianza Atlántica, incluidas "apropiaciones limitadas de tierras".
Además, recuerda William Muck, profesor de ciencias políticas en el North Central College, el hecho de que "Estonia, Letonia y Lituania tengan fuertes componentes de habla rusa constituye en general un importante factor de motivación para el intervencionismo de Putin".
. Otro factor que motiva al Kremlin, según Muck, es la expansión de la OTAN hacia el Este durante los últimos 25 años.
Y desde este punto de vista, Moscú "seguirá defendiendo agresivamente sus intereses en Europa, y en particular en Europa del Este", y "tratará de aprovechar cada grieta para promover la influencia rusa en la región".
Al mismo tiempo, el flanco nororiental de la OTAN ya está adoptando contramedidas. Los países bálticos firmaron un acuerdo en enero para fortalecer las fronteras terrestres con Rusia y Bielorrusia, mientras que el mes pasado se inauguró el centro de mando de la Fuerza de Tarea Báltica para fortalecer la supervisión de la zona por parte de la OTAN.
Y desde este punto de vista, siempre estimó el teniente general Von Sandrart, "es probable que Putin siga desanimado y centre su aventurerismo militar en Estados no vinculados a la Alianza con grandes poblaciones rusas, como Moldavia, además de Ucrania". (ANSA).
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