Vaticano

Sus últimas horas, de la oración a la agonía

Rezó junto a monseñor Gänswein

La última fotografía, a comienzos de diciembre.

Redazione Ansa

(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 04 GEN - Primero alabanzas, luego agonía y muerte. El arzobispo Georg Gaenswein, siempre al lado de Joseph Ratzinger hasta su muerte en la mañana del 31 de diciembre, relata las últimas horas del Papa emérito Benedicto XVI.
    El secretario personal del ex Pontífice repasa los últimos días con Benedicto con los medios del Vaticano, explicando que no escuchó personalmente las últimas palabras antes de morir.
    "La noche antes de su muerte, una de las enfermeras que velaba las escuchó. Alrededor de las tres: 'Señor, te amo', dijo, y la enfermera me lo comentó apenas llegué al dormitorio.
    Esas fueron sus últimas palabras".
    En la larga entrevista, Don Georg revela que oró junto con Ratzinger la mañana de su muerte. "También esa mañana le dije al Santo Padre: 'Hagamos como ayer: rezo en voz alta y os unís espiritualmente'. De hecho, ya no era posible que pudiera rezar en voz alta, estaba realmente sin aliento. Allí solo abrió un poco los ojos - entendió la pregunta - y asintió con la cabeza que sí".
    "Alrededor de las 8 empezó a respirar cada vez más fuerte -explica monseñor-. Había dos médicos, el doctor Polisca y un reanimador, y me dijeron: 'Tememos que ahora llegará el momento en que tendrá que sostener su última lucha en la tierra".
    "Al comenzar la agonía estaba lúcido. Ya había preparado las oraciones de acompañamiento para el moribundo, y oramos durante unos 15 minutos, todos juntos, mientras Benedicto XVI respiraba cada vez más fuerte. Así que miré a uno de los médicos y le pregunté: 'Pero, ¿está en agonía?' . Me dijo: 'Sí, ha comenzado, pero no sabemos cuánto dura'".
    A las 9.34 fue el último suspiro del Papa Emérito. "Le dije a todos: 'Voy a llamar al Papa Francisco de inmediato, él es el primero que necesita saberlo' -recuerda el arzobispo Gaenswein-.
    Lo llamé y me dijo: '¡Voy enseguida!'. Entonces él vino, lo acompañé a la habitación donde murió y les dije a todos: 'Quédense'. El Papa se despidió, le ofrecí una silla, se sentó al lado de la cama y rezó. Dio su bendición y luego volvió a salir. Esto sucedió el 31 de diciembre de 2022". (ANSA).
   

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