Vaticano

El Papa en Sudán del Sur: "Basta de guerra civil"

Presidente, volveremos al diálogo. Ayer, 27 muertos en un ataque

Redazione Ansa

(ANSA) - JUBA, 03 FEB - "Basta de derramamiento de sangre, basta de conflictos, basta de violencias y acusaciones mutuas contra quienes las cometen, basta de dejar al pueblo sediento de paz", clamó hoy el Papa Francisco con énfasis y también a modo de súplica ante la clase política de Sudán del Sur, segunda escala de su gira sudafricana.
    La imagen del Papa arrodillado para besar los pies a los líderes políticos de Sudán del Sur ha pasado a la historia. Era 2019 y en el Vaticano Francisco quería sellar de esa manera el proceso de paz. La guerra civil ha ensangrentado al país más joven del mundo desde que era un solo estado en Sudán.
    Pero con la independencia ganada en 2011, las cosas no han mejorado. En 2013, estalló una guerra interétnica entre los dinka y los nuer, la primera etnia leal al presidente Salva Kir, la otra al vicepresidente Riek Machar. Luego la búsqueda de acuerdos, pronto se canceló y el resultado fue que en siete años el conflicto ha causado unas 400.000 víctimas y más de 2 millones de desplazados internos.
    Desde aquel 2019, cuando el Papa hizo el contundente gesto de besar los pies a estos pendencieros políticos, no ha cambiado mucho. Y por eso el Papa decidió venir aquí, a Juba, para pedir el fin de estos conflictos internos que ensangrentan al país, lo empobrecen y siguen causando muertes. Veintisiete personas fueron asesinadas ayer en el condado de Kajo-Keji, a unos 150 kilómetros al sur de la capital, en un robo de ganado justo en la víspera de la visita de Francisco porque en ese contexto, la gente es cada vez más pobre y la idea de apropiarse de las vacas ajenas es suficiente para meter la mano en las armas.
    Pero sorpresivamente, el presidente de Sudán del Sur, Salva Kir, hizo de inmediato un compromiso solemne: "En honor a la histórica visita del Papa Francisco a nuestro país, anuncio oficialmente la suspensión de la interrupción de las conversaciones de paz" en el país y por ello se debe volver a dialogar.
    Jorge Bergoglio, que acababa de llegar, dijo que estaba aquí como un "peregrino de paz y reconciliación". Esta segunda parada en Africa, tras la de la República Democrática del Congo, tiene un carácter ecuménico con la presencia del arzobispo de Canterbury Justin Welby y el moderador de la Iglesia de Escocia Iain Greenshields.
    "Señor presidente, señores vicepresidentes, en el nombre de Dios, del Dios que oramos juntos en Roma, del Dios manso y humilde en el que creen tantas personas de este querido país, ha llegado la hora -dijo el Papa Francisco- decir basta, sin 'peros. Basta de derramamiento de sangre, basta de conflictos, basta de violencias y acusaciones mutuas contra quienes las cometen, basta de dejar al pueblo sediento de paz".
    "No más destrucción, es hora de construir. Deja atrás el tiempo de la guerra y deja que haya un tiempo de paz", enfatizó el Papa ante los políticos del país africano. "Vuestros hijos y la misma historia los recordarán si le hacen el bien a esta población, que os ha sido confiada para servirles. Las generaciones futuras honrarán o borrarán la memoria de vuestros nombres", argumentó el Pontífice con palabras fuertes. " "en función de lo que hagan ahora porque, así como el río sale de sus fuentes para emprender su curso, así el curso de la historia dejará a los enemigos de la paz atrás y dará prestigio a los que trabajan por la paz", insistió.
    Y así aquí el proceso de paz y reconciliación, sustancialmente estancado, "exige un nuevo salto", dijo Francisco. "En un mundo marcado por divisiones y conflictos, este país acoge una peregrinación ecuménica de paz, lo cual es una rareza", señaló el Papa refiriéndose a la visita conjunta con los otros dos líderes cristianos. "Representa un cambio de ritmo, una oportunidad, a Sudán del Sur, para volver a navegar en aguas tranquilas, retomando el diálogo, sin duplicidades y oportunismos", subrayó luego.
    Finalmente, dedicó un pasaje sobre la corrupción y el exceso de armas en el país donde también está muy extendido el fenómeno de los niños soldados. "Como todos los niños de este continente y del mundo, tienen derecho a crecer con cuadernos y juguetes en la mano, no con herramientas de trabajo y armas", concluyó el Papa. (ANSA).
   

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