(ANSA) - YUBA 5 FEB - El Papa abandona hoy Sudán del Sur y cierra su viaje pastoral africano, que incluyó antes a República Democrática del Congo, con un pedido: "oremos por la paz en Africa y en Ucrania" y dos palabras que son un anhelo desesperado "esperanza y paz".
El Sumo Pontífice encomendó a Nuestra Señora la Virgen "la causa de la paz en Sudán del Sur y en todo el continente africano.
"Volvemos todos -dijo refiriéndose al arzobispo de Canterbury y al moderador de la Iglesia de Escocia que lo acompañaron- llevándolos aún más en el corazón". "Repito: están en mi corazón, están en nuestros corazones, están en los corazones de los cristianos de todo el mundo! Nunca pierdan la esperanza. Y no pierdas la oportunidad de construir la paz. Que la esperanza y la paz permanezcan en ustedes, que la esperanza y la paz permanezcan en Sudán del Sur", afirmó el Papa ante una multitud de más de 100 mil personas, en medio de un país azotado por el hambre y la violencia cruenta.
"La esperanza es la palabra que quisiera dejaros a cada uno de ustedes, como don para compartir, como semilla que da fruto.
Como nos recuerda la figura de santa Josefina -dijo en el Ángelus refiriéndose a la santa Josefina africana Bakhita-, espero, especialmente aquí, quisiera agradecer y bendecir de manera especial a todas las mujeres del país".
"Además de esperanza, me gustaría asociar otra palabra, la palabra de estos días: paz", enfatizó luego el Papa.
"Con mis hermanos Justin e Iain -dijo refiriéndose al arzobispo de Canterbury y al moderador de la Iglesia de Escocia-, a quienes agradezco de corazón, hemos venido aquí y seguiremos acompañando sus pasos, los tres nos hemos unido haciendo todo lo posible para que sean pasos de paz, pasos hacia la paz".
El Pontífice encomendó entonces "el camino de la reconciliación y de la paz" a Nuestra Señora, "la Reina de la Paz".
Francisco invitó a deponer "las armas del odio y la venganza para tomar la oración y la caridad". "Superemos esas antipatías y aversiones que, con el tiempo, se han cronificado y corren el riesgo de acaabar tribus y etnias. Aprendamos a poner sobre las heridas la sal del perdón, que quema pero cura", enfatizó.
"Y, aunque el corazón sangre por los agravios recibidos , renunciemos de una vez por todas a responder al mal con el mal, y nos sentiremos bien interiormente, acojámonos y amémonos con sinceridad y generosidad, como Dios hace con nosotros. No nos dejemos corromper por el mal", concluyó el Pontífice en su homilía.
El último día del Papa Francisco en Sudán del Sur. se cerró con una misa en el Mausoleo de John Garang. Tras eso se trasladó al aeropuerto internacional de Yuba donde, junto al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields, se despidió del presidente Salva Kiir. (ANSA).
Adiós a Sudán del Sur: "esperanza y paz"
Dos palabras sintetizan el anhelo. Cierre del viaje africano